Luego de que en el día de ayer desde Tucumán Despierta se publicara en exclusiva la denuncia que se realizó en la Justicia Federal en contra del intendente Germán Alfaro, quien fue acusado de haber cometido los delitos de Defraudación por retención indebida, Defraudación por administración fraudulenta y Violación de los deberes de funcionario público, el intendente capitalino realizó declaraciones que lo dejaron mal parado.
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Y es que hizo referencia a los subsidios de $5.000 que entregó el Gobierno provincial en medio de la campaña electoral en el Hipódromo de Tucumán hace algunos días. En ese sentido, Germán Alfaro opinó que se “entregaron las mismas ayudas como en 2019. Están tirando dinero al ‘machanchi’, sin saber a quién están entregando”. Justamente, debería el propio intendente responder qué destino le dio al dinero enviado por Nación durante el macrismo.
Pero, lejos de ello, Germán Alfaro pareció redoblar la apuesta y se encuentra decidido a realizar proselitismo con el dinero de los ciudadanos. En esa línea, optó por hacer demagogia en torno a la educación y decidió otorgar un subsidio de $2 millones al colegio León XIII para evitar que la institución toque el timbre de fin de clases por última vez. “Una escuela que se cierra hoy es una cárcel que se abre mañana”, dijo.
De esta manera, el intendente capitalino vende humo al mejor postro en un tema tan delicado como la grave situación financiera que atraviesan varias escuelas privadas de Tucumán. Y entonces se subió a esta problemática y sacarle el mejor provecho y para ello echa mano a un dinero que nadie sabe de dónde lo sacó justo en medio de la campaña electoral cuando resta menos de un mes para las elecciones.
“Yo le transmití que tengo miedo que se genere una escalada de cierre de colegios y aunque no es una responsabilidad municipal, no quiero que se resienta el servicio educativo en la capital y el León XIII, que tiene más de un siglo formando ciudadanos, es un instituto de mi ciudad”, declaró dejando en claro que más oportunista no se consigue en el universo de los dirigentes políticos.
Asimismo, agregó que “les pregunté sobre la situación financiera y me transmitieron que las deudas, incluyendo la AFIP, es de $4 millones. Me comprometí con $2 millones, que es la mitad del pasivo, y que es lo que la Municipalidad puede aportar”. Ahora bien, cabe preguntar entonces: ¿Es posible que el intendente capitalino pueda arrogarse la potestad de gastar semejante cantidad de dinero sin que exista un control adecuado?
Y es que, así como ocurrió con la monumental cantidad de dinero que demandó la remodelación de la plaza Independencia, Germán Alfaro no rindió cuentas sobre lo que se destinará a esta institución educativa. Ni tampoco se conoce criterio alguno en torno a las razones que lo llevan a priorizar esta escuela y no otra. Mientras tanto, el intendente continuará haciendo campaña política utilizando el dinero de los contribuyentes sin ningún tipo de control.
