Desde Tucumán Despierta dimos cuenta acerca de la interna desatada en el espacio de Juntos por el Cambio luego de que finalizaran las primarias del mes pasado. Y es que el hecho de que la fórmula definitiva agrupe a peronistas y a radicales nació torcida desde el comienzo y ahora comienza a volverse cada vez más pesado el clima de trabajo entre sus principales dirigentes. En ese marco, ocurre que el legislador Raúl Albarracín intenta quebrar a Roberto Sánchez.
Y es que el integrante de la Cámara legislativa provincial está operando nada menos que para sacarle poder al intendente de Concepción. En esa línea, Albarracín, otrora radical pero que ahora integra el alfarismo, se encuentra realmente furioso porque “sus concejales” no integrarían la mesa de conducción del Concejo Deliberante y está dispuesto a que vuele todo por el aire.
Cabe señalar que la furia de Albarracín se debe a que Sánchez quiere que Alejandro Molinuevo sea reelecto como presidente del Concejo Deliberante de Concepción, al tiempo que de vice primero tendría que seguir Ramiro Beti, presidente del PRO y quien encabezó la lista de precandidatos a diputados junto al propio Albarracín en las PASO. Pero el legislador provincial se niega a convalidar esto.
Y es que Albarracín no soporta que su propia ciudad no lo apoyó en las elecciones primarias y hoy quiere vengarse dañando a Roberto Sánchez. De esta manera y bajo el falso argumento de que aspiran a una mesa directiva plural, el alfarista no tiene prurito alguno a la hora de mostrar de forma desembozada que apunta a hacerle la vida imposible a Sánchez, aunque deba recurrir a actitudes golpistas como las que viene demostrando.
En ese marco, el clima político está tan enrarecido que en Concepción crece la incertidumbre por el futuro de la mesa directiva del Concejo Deliberante e, incluso, de la intendencia. El oficialismo local sigue negociando para lograr una salida al conflicto que traba la elección de las autoridades del cuerpo legislativo, pero el conflicto dejó al desnudo las diferencia que persisten tras las PASO entre estos integrantes de la alianza que encabezan Sánchez y Alfaro.
Cabe señalar que el legislador Raúl Albarracín no está solo en esta actitud desestabilizadora para con el intendente de Concepción, ya que lo apoyan los concejales de su facción, Katherina Mazzuco y Gabriel Jiménez, quienes el jueves pasado al mediodía un encuentro con Roberto Sánchez en el que lo “apretaron” al punto de que el mandatario municipal amenazó con renunciar a su candidatura para diputado nacional en las elecciones de noviembre.
Así, plantearon objeciones con los postulados por el oficialismo para la vicepresidencia primera y segunda. En el segundo cargo del Concejo aparece como candidato Ramiro Beti, presidente del PRO. La renovación de sus integrantes tiene esta vez el condimento particular de que el presidente a ser electo se constituirá en el virtual reemplazante de Sánchez en la intendencia, en caso de resultar elegido este diputado de la Nación.
Sin embargo, el intendente resignaría su banca si no tiene la certeza de que Molinuevo va a ser quien lo sucederá tras su renuncia. Es por ello que el edil manifestó que “no quiero pensar que hay una traición de Alfaro a Sánchez. Quiero pensar en positivo, al menos, por el momento. Alfaro está enfocado en la campaña, por eso ha delegado esta cuestión en el legislador Raúl Albarracín”.
Por su parte, el peronismo prefiere mantenerse expectante a lo que resuelvan los correligionarios de Sánchez y los alfaristas. No manifestaron interés por cargo. Pero el gobernador, Osvaldo Jaldo, les recomendó que no apresuren ninguna definición en la mesa directiva del Concejo Deliberante y que si es posible la posterguen hasta después de las elecciones del 14 de noviembre.
Y Albarracín, se sabe, en la Legislatura vino respondiendo al actual gobernador interno. ¿Este va acompañar esa bajada de línea? ¿Cuál es la postura de Alfaro? Las rencillas tienen proyección provincial. Y se van a acentuar en la medida que se acerque el 2023, se asegura. Sánchez y Alfaro tienen las mismas aspiraciones. Y Jaldo ya adelanta su jugada. El mandato de las actuales autoridades del Concejo Deliberante vence el 26 del mes en curso.
Además, cabe recordar que Raúl Albarracín no puede ser reelecto como legislador provincial en las elecciones del 2023, razón por la cual aspira a quedarse con el lugar del intendente de Concepción, Roberto Sánchez. Por ende, coloca palos en la rueda a quienes pudieran resultar los virtuales herederos del ex corredor de autos cuando emigre al Congreso de la Nación en caso de ser elegido como diputado el mes que viene.
Como la sociedad comenzó a darse cuenta de las malas intenciones de Albarracín, el legislador no tuvo más remedio que salir a aclarar la situación, pero terminó oscureciendo más de lo que clarificó el panorama. Y es que el referente del alfarismo en Concepción admitió su golpismo y puso como excusa el hecho de que “se ha avanzado de manera inconsulta, sin consenso ni diálogo necesario” para definir la renovación de las autoridades del Concejo Deliberante.
Sin ningún tipo de vergüenza, admitió que “le hemos pedido que nos dé una participación y un trato a nuestro espacio” logrando que sea difícil de creer que, como agregó, “no hay una actitud obstruccionista”. En definitiva, a Albarracín se le cayó el disfraz de cordero y dejó al descubierto los dientes de lobo obstruccionista de la labor parlamentaria que debe llevarse a cabo en el Concejo Deliberante de Concepción. Y todo por una cuestión de ocupar un cargo político.