Ayer se cumplió un mes desde que Jazmín García, jugadora de hockey de la Primera Celeste de Jockey Club, recibió un bochazo en la cabeza en una acción peligrosa durante un partido contra Cardenales. El impacto le provocó un traumatismo craneoencefálico, por lo que debió ser internada en una clínica, en grave estado. Por fortuna, la joven de 18 años pudo recuperarse y volver a su casa, pero el incidente expuso una problemática que no es nueva: el de la seguridad. En el hockey se utilizan elementos contundentes (stick y bocha) que pueden provocar daño severo en caso de impacto, y si bien se han añadido elementos de protección (como las máscaras en los córners), las jugadoras y los jugadores continúan expuestos durante gran parte del juego, por lo que se hace necesario contar con un aceitado sistema de respuesta ante las eventualidades. Y ahí es donde surge el problema: debido al alto costo por hora de contratar una ambulancia, muchos partidos se juegan sin la presencia de una. Y casos como el de Jazmín -donde está en juego la vida- requieren no solo atención médica inmediata, sino también un pronto traslado a un hospital o clínica.
Además del costo económico de afectar una ambulancia durante varias horas, también está la cuestión de que el parque de vehículos sanitarios es insuficiente para cubrir todo el espectro deportivo que se desarrolla cada fin de semana. Sin embargo, no por eso debe tomarse el caso de Jazmín como un episodio de mala suerte, sino como un recordatorio de que se deben extremar las medidas de seguridad en la medida de lo posible para prevenir a tiempo antes de tener que lamentar casos similares o incluso peores.
Carta abierta
A un mes del día que le cambió la vida, Jazmín siente que tiene mucho que agradecer y que hay cosas que se pueden hacer para que el hockey sea un deporte más seguro. Todo eso lo expresó en una carta enviada a LG Deportiva, que se reproduce a continuación:
“Hola, soy Jazmín, jugadora de la Primera Celeste de Jockey Club. El domingo 26 de junio durante un partido tuve un accidente que me dejó en coma inducido durante tres días. Una bocha de una salida de fondo del equipo contrario me provocó una doble fractura de cráneo. Tuve la suerte de que mis padres estuvieran en el partido y me trasladaran inmediatamente al sanatorio. Llegué convulsionando, lo que agravó mi cuadro general y puso en riesgo mi vida. Por esas horas mi estado era de mucha gravedad. No tuve la posibilidad de recibir asistencia médica en la cancha ya, que no contamos con servicio de emergencia ni ambulancia en este deporte.
Fueron tres días eternos hasta que pude despertarme…
No tengo palabras para agradecer todo el apoyo que recibí en este tiempo tan difícil que me tocó vivir. El agradecimiento es eterno, y también para mi familia, que estuvo muy angustiada por mi situación.
Deseo que, así como sentí que la gente que me quiere fue capaz de unirse para acompañarme y alentarme, podamos unirnos para lograr que este deporte sea mas seguro para todas y todos.
Que nuestra Asociación y clubes nos cuiden y protejan asegurándonos asistencia médica en las canchas.
Que los árbitros garanticen un juego seguro.
Respetar todas las normas de seguridad mientras jugamos
Aprender y usar técnicas adecuadas, sobre todo en lo que se refiere a llevar el palo, bloquear y disparar.
Capacitación sobre responsabilidad civil deportiva
Y, por sobre todo, un seguro deportivo especialmente para cubrir accidentes y lesiones ocasionados por la práctica deportiva, ya sea durante entrenamientos, torneos y traslados, con asistencia medica en el lugar de juego.
El hockey promueve el sacrificio, el esfuerzo, la dedicación, la interacción, la solidaridad, el fortalecimiento de los lazos de amistad, el compañerismo, la vida sana. Además, genera motivación y el deseo de superación, e incentiva la amistad entre equipos. No somos enemigas, somos rivales. El hockey nos une, porque nos apasiona, y queremos que todos los partidos se jueguen hasta el final”.