“Sí, pobres las Madres de Plaza de Mayo, pero también son pobres las familias de (Argentino del Valle) Larraburre y la mía y la de muchos otros más que seguimos sin encontrar Justicia”, explicó María Fernanda Viola. Ella sobrevivió al criminal atentado que se perpetró el 1 de diciembre de 1974 y en el que fueron asesinados su padre, el capitán Humberto Viola, y su hermana María Cristina, de 3 años.
– ¿Cómo fue tu vida durante todos estos años?
– Fue bastante extraña, porque todos siempre hablaron de mi papá y pocos se acuerdan de mi hermanita. Mi padre, como militar, podría haber perdido la vida en cualquier circunstancia cumpliendo con su deber. Mi hermanita no. Ella era un ángel. Le arrebataron la vida por una cuestión a la que ella era totalmente ajena. Eso es lo que muchos no terminan de entender a pesar de que han pasado tantos años.
– ¿Te quedó alguna secuela por las graves heridas que sufriste?
– Estuve bastante tiempo en coma; otro mucho tiempo en período de recuperación. Tuve una vida normal, con algunas limitaciones, pero seguí adelante. Hace poco fui al médico y me recomendó hacerme unos estudios. Cuando le llevé los resultados no podía creer. Tengo problemas en la visión porque una esquirla me afectó el nervio óptico. Eso fue todo. No tomo ninguna medicación ni realizo ningún tratamiento especial.
– ¿Qué significó para tu familia el homenaje que realizó la Municipalidad de Yerba Buena?
– Un enorme honor. Es el segundo año consecutivo que por iniciativa de la intendencia de (Mariano) Campero se le hace un reconocimiento, algo que nunca -lo resalto con mayúsculas- le hizo el Gobierno de la provincia. Antes sí se le rendía tributo, pero eso fue desapareciendo de a poco con la eliminación de las guarniciones militares de la provincia. Pero después, en los tiempos de Cristina, se prohibieron todos los actos de este tipo. Ni siquiera se hacían las de agrupaciones que son integradas por militares retirados.
– ¿Qué es lo que están buscando?
– Justicia, sólo Justicia. No nos moviliza el odio ni, mucho menos, la venganza. Lo único que pretendemos es que la Ley sea pareja para todos. Mi papá y, fundamentalmente, mi hermana, también fueron víctimas de esos tiempos. Por pensar así tuvimos muchos inconvenientes, pero también recibimos las adhesiones de muchos otros.
– ¿A qué te referís?
– A muchas situaciones que son incómodas. Una de las más dolorosas es hablar con los docentes de nuestros hijos para explicarles que vean toda la historia y no sólo una parte. En otras palabras, estamos de acuerdo con el Parque de la Memoria o de la Justicia, pero que sea para ambos lados.
– ¿Buscan algún resarcimiento económico?
– Absolutamente no. Nosotros pretendemos un resarcimiento moral que se conseguirá únicamente con un fallo judicial. Queremos que se encuentren a los autores de los crímenes de mi papá y de mi hermana.