Los flamantes propietarios de las casas del Barrio Ampliación Congreso no tienen descanso: reciben ataques de ladrones a toda hora. Esta semana en particular, tras asediar a casas “marcadas”, un sujeto terminó detenido. Los vecinos piden presencia policial permanente en la zona que ahora está siendo poblada por numerosas familias con niños y respuestas a los pedidos de auxilio que se hacen al 911, ya que el centro de emergencias parece no querer saber nada con los reclamos que provienen de esta urbanización entregada por el Instituto de la Vivienda en diciembre pasado.
El primer episodio ocurrió el miércoles a la madrugada: “se escucharon tiros. Supuestamente una moto con dos tipos se enfrentaron a los hombres de seguridad que contratamos varias familias, quienes persiguieron a los primeros hasta perderles el rastro”, resumió una testigo.
Pero ese fue solo el comienzo de jornadas dignas del lejano oeste: “a eso de las 2 de la mañana del jueves pasaron tres sujetos sospechosos detectados por los vigilantes y al rato se escucharon tiros de nuevo. Nuestro guardia hace un aviso grupal cuando sucede algo así de grave, para que todos llamamos al 911, de modo que muchos de nosotros llamamos a la Policía, sin obtener respuesta”.
Los ladrones lograron entrar a robar a dos casas; a las cuales volvieron para terminar de desvalijarlas cerca del mediodía: solo de una de ellas se llevaron herramientas utilizadas para hacer placares por un valor superior a los 100 mil pesos aprovechando la oscuridad, y al mediodía de nuevo robaron cinco columnas de hierro.
Durante la tarde del jueves, cuando los ladrones volvían una vez más a robar, los cuidadores los detectaron y empezaron a perseguirlos, logrando atrapar a uno de ellos, hasta que llegó finalmente la policía y se lo llevó a la comisaría.
“Parece que tiene casas marcadas”, comentan con angustia y terror los vecinos.
Además, hay un sector del nuevo barrio que todavía no tiene alumbrado público, lo que lo vuelve altamente vulnerable, a pesar de los reclamos realizados a la Municipalidad.
La misma zona presenta un peligro aún mayor: se encuentra frente a un descampado en estado de abandono que además de servir de vertedero de todo tipo de desperdicios, es la vía de escape favorita de los malvivientes.
Este terreno pertenecería a una empresa privada, la cual ya se comprometió con los vecinos y en los próximos días lo va a desmontar y cuidar. Mientras tanto, decenas de familias llenas de ilusiones, solo rezan para no perderlo todo.
