Enrique Romero se bajó de la camioneta municipal. Tomó su megáfono y empezó a gritar mirando hacia el primer piso de la Casa de Gobierno: “doctor milagro”; “doctor milagro”. El protagonista de esta irónica historia fue el subsecretario de Tránsito de la Municipalidad. El destinatario del mensaje fue el gobernador Juan Manzur. La escena no terminó sólo con ese grito.
Y es que Romero se dirigió hasta el vehículo en el que suele desplazarse y descargó un paquete. “Traigo esta alfalfa porque sos un burro gobernando la provincia”, le espetó, ante la desconcertante mirada de los policías que suelen custodiar el edificio del Poder Ejecutivo, ubicado al frente de la plaza Independencia. En ese marco, cabe preguntarse: Llama burro al gobernador, pero ¿Y él?.
De hecho, la frase señala que de un burro no se puede esperar más que una patada, de parte de Enrique Romero sólo se puede esperar violencia y agresión. No en vano, hace poco más de un año el SOEM realizó una asamblea en la Dirección de Subsecretaría de Tránsito de la provincia para pedir la renuncia de Enrique Romero. Esto se dio en el marco del incremento de violencia por parte del Subsecretario de Tránsito y sus agentes.
Quienes suelen actuar con total impunidad agrediendo tanto verbal como físicamente a los ciudadanos. “Este hombre no está en sus cabales, está a la vista de todos, cumplió una etapa y se tiene que ir” afirmó en su momento Cacho Acosta, Secretario General del SOEM. La falta de respeto y la violencia que propició Romero a lo largo de este último tiempo se volvió moneda corriente en el día a día de los tucumanos.
Incluso llegó a viralizarse un video en el cual se lo ve dirigiendo el tránsito cuando no hay ningún desperfecto en los semáforos ni calles cortadas, manejando a su antojo la circulación de los vehículos y peatones. Y es que cabe recordar que este mediocre funcionario de Germán Alfaro es el gran responsable de que San Miguel de Tucumán sea una ciudad desordenada.
De hecho, el microcentro es un caos, no se respetan las normas de tránsito, al tiempo que Enrique Romero vive haciendo circo con el megáfono. Asimismo, el incidente entre un taxista y un colectivero en San Miguel de Tucumán devino en un escándalo del que habló todo el país dejando mal parado al municipio local.
En su momento, Enrique Romero, subsecretario de Tránsito municipal, se refirió a la situación del trabajador de la Municipalidad capitalina que conduce Germán Alfaro -que está suspendido y con sumario administrativo- y analizó que “es difícil controlarse cuando te insultan”, aunque aclaró que “no lo estoy justiciando”. De todas formas, este nefasto funcionario no pudo contener su intolerante verborragia.
Y terminó haciendo una suerte de defensa del agresor que responde a su área. Y es que Enrique Romero, sobre el tránsito en la Capital tucumana, enfatizó: “Los tacheros y los colectiveros son los mayores infractores que tenemos en la ciudad de San Miguel de Tucumán”. En definitiva, está claro que se trata de un funcionario que actuó siempre como un patatero por su incapacidad de ordenar la ciudad.
Necesitamos que den una respuesta al porqué hay tanta agresión y tanto circo mediático en esto. Este pedido también se ve relacionado a la falta de respuestas sobre este tema por parte del Intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, quien hasta el día de hoy no se pronunció al respecto. Las palabras no coinciden con la realidad, debería gastar menos en publicidad y más en invertir en la sociedad.
Lo cierto es que, a pesar de que el funcionario es de los más polémicos y cuestionados, lo único a lo que aspira es a seguir viviendo a costa del Estado, y para ello se postula ahora como legislador provincial. Borra con el codo lo que escribió con la mano cuando habló pestes de la presidente del PRO a nivel nacional, Patricia Bullrich.
“’La piba Carolina Serrano’, nombre de guerra de Patricia Bullrich, tiene más pases políticos que clubes en la superliga: fue JP, montonera, menemista, frepasista, alianza coalición cívica, Cambiemos y Juntos por el Cambio.
En definitiva, no queda duda acerca de que Enrique Romero es el verdadero burro de una gestión que hace agua por todos lados, mientras que él sólo atina a tirar patadas al aire… igual que un burro.