Victoria Villarruel invitó a almorzar a Karina Milei al comedor del Senado la semana pasada. La cita finalmente se concretó el martes, mientras los proyectos de Ley Bases y el paquete fiscal se debatían en Diputados. El cónclave de las dos mujeres fuertes de La Libertad Avanza tuvo un objetivo doble. Por un lado, la gestualidad política obvia entre dos figuras que vienen con cortocircuitos desde la campaña, como es de público conocimiento entre los libertarios. Por el otro, el encuentro tuvo un fin eminentemente operativo: el cronograma del Gobierno está ajustadísimo porque la Casa Rosada quiere sancionar las leyes antes del Pacto del 25 de Mayo. Dos viajes originalmente programados y otros eventos relevantes complejizan aún más la agenda de búsqueda de consensos en la Cámara alta.
En la Casa Rosada se muestran muy confiados en poder sancionar las leyes, pero el oficialismo se enfrenta a un panorama complejo en las próximas tres semanas: no solo no tiene los votos garantizados en el Senado para avanzar sino que tampoco tiene mucho tiempo. Máxime si los senadores introducen cambios en los textos que obliguen a regresarlos a la cámara de origen.
Villarruel y Karina Milei nunca habían podido tratar un aspecto crucial de la dinámica institucional: cuando Javier Milei está en el exterior, su vice no puede presidir sesiones en el Senado ni tampoco firmar resoluciones o decretos parlamentarios porque está a cargo del Poder Ejecutivo. Y el Presidente tiene previsto viajar a Los Ángeles (Estados Unidos) este sábado para participar de la Conferencia Global del Instituto Milken.
A la vice la reemplaza en estas ocasiones el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, pero, dada la relevancia del trámite legislativo en torno a las dos leyes, Villarruel quería conversar esta situación con la secretaria General de la Presidencia, que tiene total influencia sobre la agenda del Jefe del Estado. Milei, según está previsto, regresaría al país el martes 7 de mayo por la mañana en el Boeing 787-256 Arg 01, el avión presidencial que compró Alberto Fernández y que finalmente estrenará el libertario.
Cronograma tentativo
Según el cronograma tentativo que manejan en la Casa Rosada y en el Senado, la semana próxima recién arrancaría el debate en comisiones en la Cámara alta. Con todo el viento a favor, la apuesta es que se vote el jueves 16 de mayo, dado que -de acuerdo al reglamento del Senado- tienen que transcurrir siete días entre el dictamen y el tratamiento en el recinto. Pero hay quienes dicen en el Gobierno que lo más probable es que se termine tratando la semana siguiente, es decir, la misma que termina en el Pacto de Mayo de Córdoba, el sábado patrio.
En la agenda aparecen otras dificultades. La primera es que Villarruel también tenía previsto un viaje al exterior para asistir a un evento vinculado a cuestiones parlamentarias. Fuentes oficiales señalaron que lo más probable a esta altura es que desista para quedarse en el país durante estas semanas clave.
Además, está pautado que el miércoles 15 de mayo al Senado asista el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, a brindar explicaciones sobre el estado de la gestión, como está previsto en la Constitución. El ministro coordinador, que no brinda entrevistas, estrenará su voz en público en ese escenario, en donde deberá responder cientos de preguntas de los senadores.
Todos los pormenores de la agenda aparecen cuando el Gobierno tiene que buscar los votos que le faltan para lograr la sanción de las dos leyes. Hacia afuera, Milei ya advirtió que solo invitará al Pacto de Mayo a aquellos gobernadores que apoyen la Ley Bases y el paquete fiscal. Sin embargo, según pudo saber LA NACION, no se descarta que el propio Jefe del Estado tenga algún acercamiento personal, mano a mano, con algún cacique provincial para persuadirlo y obtener su acompañamiento.
Sería toda una novedad, dado que el Presidente es poco afecto a las reuniones políticas y delegó la relación con los mandatarios provinciales en sus subordinados, especialmente en el ministro del Interior, Guillermo Francos.
En la Cámara alta el poroteo está ajustado. De los 39 senadores no peronistas que Villarruel había logrado alinear al inicio, hay varios en duda. Allí se contabilizan los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano; la neuquina Lucila Crexell y la rionegrina Mónica Silva. Y hay dudas por lo que hará el presidente de la UCR, Martín Lousteau, luego de que se verificara en Diputados un gesto de muy buena voluntad de su socio político, Emiliano Yacobitti.
Más allá de los apoyos en general, no se descarta que la mayoría se escurra en la votación en particular de algunos artículos, lo que llevaría a los proyectos nuevamente a Diputados, que deberá considerar los cambios votados por los senadores.
El panorama exhibe un timing por demás ajustado. Por lo pronto, en la Casa Rosada ya mandaron a grabar las medallas de la Orden de Mayo, que Milei pretende ofrendarles a quienes se suban al escenario del gran pacto nacional de Córdoba, que lo tendrá a él en el centro de la escena.