El domingo 6 de diciembre una importante fiesta tuvo lugar en un predio de Los Nogales. Se supo después que no fue la única, sino que el domingo 23 ya habían realizado un evento similar. Algunos jóvenes que admitieron haber estado ahí contaron que empezó alrededor de las 16 y que allí fueron testigos de la puesta del sol, primero, y de un nuevo amanecer, varias horas después. Pese a lo ruidoso y multitudinario del evento, nadie supo nada hasta que las imágenes se viralizaron. Ni la Policía, ni las autoridades del Comité Operativo de Emergencia (COE), que prohíbe este tipo de reuniones.
En cuanto a la mecánica, explicaron que consiste en contactar al RRPP a través de las redes sociales, quien vende las entradas (ese domingo costaron $800 cada una) y luego envía un mapa con las coordenadas para acceder al lugar. El resto es llegar, ponerse cómodo y divertirse.
Tras la viralización de esas imágenes, los policías se pusieron en alerta. Personal de la Unidad Regional Norte se presentó en el lugar del evento, donde un empleado aseguró que el sitio funciona como bar los días domingo. Lo mismo afirmó más tarde el organizador, un conocido empresario bolichero, quien sostuvo que se respetan los protocolos y que cuentan con la autorización del COE. Toda esa información fue puesta a disposición de la Fiscalía en Flagrancia II°, que no habría ordenado ninguna medida relacionada con el secuestro de equipos o la aprehensión de presuntos involucrados.
Estaba claro que después de semejante repercusión que había tenido el evento la Policía estaría más atenta que nunca el último fin de semana. Sin embargo, las fiestas se repitieron. Una de ellas se habría realizado en la capital, otra en El Cadillal y una tercera en El Timbó. También hubo rumores acerca de una tercera en Villa Nougués.