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A esperar de pie: los refugios de las paradas en la Mate de Luna están destrozados

No hay asientos y los techos están rotos.

UNA ESPERA INCÓMODA. Sobre avenida Mate de Luna, la comerciante Quiroga espera el ómnibus de pie. la gaceta / fotos de inés quinteros orio
Descacharreo

En un recorrido que realizó LA GACETA a lo largo de la avenida Mate de Luna, observó el deterioro sufrido por los refugios en las paradas de ómnibus. Ausencia de asientos y techos que no protegen de la lluvia son el reflejo del vandalismo tucumano, que tiene historia.

Es una cuestión que cuesta erradicar, a pesar de las quejas de los usuarios, que expresan su malestar frente a la incomodidad que genera la espera del transporte público en estos lugares.

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Cristian Castro, un tucumano de 37 años que vivió un año en Buenos Aires, opinó que a la sociedad tucumana le falta conciencia sobre los bienes de uso público. “Allá (por Buenos Aires) es muy diferente, porque le dan valor al laburo y saben que van a estar ahí sentados o parados; en cambio, aquí no”, opinó.

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Castro también reflexionó sobre el mal estado de los asientos de las paradas cuando personas adultas o con discapacidad deben hacer uso de ellos: “mi mamá es discapacitada porque tuvo un ACV y usa bastón. Cuando sale, toma sí o sí el colectivo y ella se queja porque sabe que no va a tener lugar para sentarse y no puede estar mucho tiempo de pie”.

DAÑO. Cerca de las YPF gemelas, los carteles fueron destruidos.

El subsecretario municipal de Tránsito y Transporte, Juan Giovanniello, afirmó a LA GACETA que hay planes para renovar las paradas que no tienen asientos, pero que con el aumento del precio del dólar, la aprobación de los expedientes se torna complicada. “Siempre estamos tratando de renovarlos porque no solamente el vandalismo los destruye sino también el paso del tiempo”, agregó.

“Yo me manejo en colectivo todos los días y es muy molesto esperar de pie”, comentó Mónica Quiroga, una comerciante de 56 años.

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En épocas del año como enero, la combinación lluvia-calor hacen de las paradas un lugar muy incómodo cuando el usuario debe esperar un tiempo prolongado: “cuando se larga la lluvia, no te podés acercar a la garita porque el piso se embarra, entonces no sabes dónde pararte”, agregó Quiroga.

El maltrato hacia el equipamiento público no disminuye con el correr del tiempo y para muchos tucumanos existe una tendencia a normalizar esta cuestión.

“En Tucumán todo se hace a medias. Nadie cuida nada, entonces la gente se termina resignando”, expresó Franco Cassini, de 19 años, mientras esperaba de pie la llegada de su ómnibus sobre la avenida Mate de Luna.

Giovannielo contó que en la avenida Brígido Terán se estuvieron realizando obras de mantenimiento en las paradas con un refuerzo doble en los techos de policarbonato.

“Los techos fueron modificados para que protejan del calor de forma continua, porque los de antes eran muy claritos y cubrían a medias”, explicó el ingeniero.

Castro recordaba que durante un viaje a Buenos Aires, iban viendo junto a su esposa los diferentes tipos de refugios que había en cada provincia y lamentaban que aquí no se puedan incorporar tecnologías de luz LED como en la ciudad de Rosario: “allí pusieron un cartel que te mostraba cuándo llegaba el colectivo y eso es muy útil”. Reconoció que si existieran en Tucumán, esos carteles serían ultrajados en poco tiempo como todo lo nuevo que se coloca en la vía pública.

Lamentablemente, esta situación no es nueva. Ya en 2009 un estudio indicaba que el 90% de los refugios estaba destrozado. Los techos y respaldos desgarrados junto a las escrituras con grafitis ya formaban parte del paisaje urbano en esos tiempos.

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