Tras casi tres meses sin hablar, Alberto Fernández y Cristina Kirchner se mostraron juntos, pero la paz duró poco. Matías Kulfas respondió el fin de semana a las acusaciones de la Vicepresidenta en un acto y volvió a estallar la interna. Esta vez, le costó el cargo al ministro de Desarrollo Productivo, pero dejó también otras consecuencias.
Además de resignar a Kulfas -un hombre de su extrema confianza en el área económica-, el Presidente convocó para su reemplazo a Daniel Scioli. Con la movida, sumada a la llegada de Agustín Rossi a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Alberto Fernández logra darle mayor volumen político a su Gabinete, pero pierde poder dentro de la interna.
También lo hace frente a Cristina Kirchner, con quien intenta mantener la estabilidad en un vínculo que está roto y que tiene en vilo al Frente de Todos, mientras la oposición mira desde afuera y proyecta un camino más allanado para 2023.
Ahora, el Gobierno enfrenta además una investigación de la Justicia sobre los pliegos de licitación para la compra de caños para el gasoducto Néstor Kirchner y así llega la primera denuncia por corrupción en obra pública de su gestión.
El “internismo del internismo”, la denuncia de Matías Kulfas y una crisis lejos de solución
Alberto Fernández recibió este lunes en su despacho a Matías Kulfas. El exministro dijo que fue a “darle un abrazo al Presidente”, pero dejó activada una bomba que estalló minutos después con su extensa carta de renuncia, en la que ratificó los cuestionamientos a Cristina Kirchner que habían sido vertidos en un off de record al que se le atribuye su autoría.
Las palabras que eligió en el escrito de renuncia fueron precisas y minuciosamente elegidas. Habló de un “internismo exasperante” en la Secretaría de Energía, que al que calificó como “internismo dentro del internismo”; apuntó contra la lentitud en el avance de obras clave, como el gasoducto; y responsabilizó a Cristina Kirchner y los funcionarios que le responden de armar una licitación a medida de Techint.
“Si algo cabe reprocharse respecto al contenido nacional de los insumos del gasoducto, eso debe atribuirse pura y exclusivamente a las características de la licitación realizada por la empresa IEASA, cuyos miembros, al igual que el equipo de la Secretaría de Energía, responden políticamente a la Sra. Vicepresidenta”.
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Esos dichos son los que ahora investiga el juez Daniel Rafecas. La denuncia sobre “pliegos a la medida de Techint” por parte de los funcionarios del riñón de Cristina Kirchner se incluyó en ese off, y Juntos por el Cambio aprovechó la movida y la formalizó ante la Justicia. Los papeles ya están en manos de la Justicia.
Ocho días ates, el titular de Enarsa, Antonio Pronsato, había renunciado a su cargo. Si bien no detalló por qué, circularon distintas versiones sobre su alejamiento, desde motivos personales hasta enojo por la demora en el avance de las obras del gasoducto.
Alberto Fernández intenta mantener el equilibrio en plena crisis
Twitteres el terreno donde se disputan las peleas políticas internas. En esa red social publicó Cristina Kirchner el off the record de Matías Kulfas; también reaccionó Alberto Fernández y ahora, la portavoz de la presidencia, Gabriela Cerruti respondió a las acusaciones del exministro.
“El Gobierno Nacional rechaza las acusaciones vertidas por Matías Kulfas en su carta de renuncia y no comparte los conceptos sostenidos en ese sentido. El presidente @alferdez está convencido de la necesidad de seguir trabajando por la unidad de la coalición de gobierno, construyendo acuerdos en la diversidad y gobernando con plena transparencia en todas las áreas”, escribió Cerruti, que poco antes había compañado al exministro en su despedida en Casa Rosada.
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Entre tironeos de un lado y del otro, el Presidente busca mantener el equilibrio. Con la llegada de Scioli y Rossi, aunque cede poder a dos presidenciables, confía en poder llevar algo de calma al Gabinete. Por el momento, lejos de lograrlo, provocó nuevas tensiones, entre otras, con Sergio Massa.
Scioli es un jugador de toda la cancha. No responde a Alberto Fernández ni a Cristina Kirchner, pero no pocos rememoran su mano a mano con Mauricio Macri, tras una gestión de alto perfil en una de las embajadas más complejas para el Frente de Todos, en el complejo Brasil de Jair Bolsonaro.
El Presidente le pidió a Massa que lo acompañe en su viaje a Estados Unidos para participar de la Cumbre de las Américas, oportunidad en la que espera poder aplacar las aguas, además de potenciar su figura de buen diálogo con el país del norte.
Inflación, gasoducto y crisis económica y social
En terreno local, el ministro de Economía, Martín Guzmán, avanzará esta semana con la defensa del proyecto de renta inesperada, una iniciativa que confían de buena llegada en el kirchnerismo duro, pero su principal desafío será el de lograr contener la inflación, emplazado por el Presidente para lograrlo. El martes de la semana próxima, el Indec dará a conocer el dato de mayo.
En el círculo de confianza de Alberto Fernández creen que el próximo por el que irán será Guzmán, que levantó el perfil y se metió en la interna. El ministro busca aprovechar el empoderamiento, pero sabe que se lo dio un presidente debilitado. Además, une fuerzas con Claudio Moroni y Miguel Pesce, los otros dos albertistas apuntados por Cristina Kirchner.
Mientras tanto, las protestas se apoderan de las calles y la CGT, aliada de Alberto Fernández, intentará desactivar el paro que fogonea el movimiento piquetero.
En el Congreso, la oposición avanza con proyectos propios, como el de la boleta única, en momentos en que el oficialismo empezará a medir fuerzas para el de renta inesperada. Este martes, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, recibe al presidente de la bancada del Frente de Todos, Germán Martínez.
Otros frentes urgentes es la falta de gasoil y el temor del sector empresario ante la amenaza de cortes de gas durante los días más críticos del invierno.
