Vacunación Dengue

Alberto Fernández se comparó con José de San Martín

Cuando el delirio, la incoherencia y la hipocresía gobiernan un país, suceden estas cosas

alberto fernandez san martin
Alberto Fernández: "San Martín, quedate tranquilo que muy pronto volverás a estar en nuestros billetes"
Vacunación Dengue

Por más caprichos turísticos que le pongan al calendario, lo cierto es que un día como ayer, pasó a la eternidad José de San Martín, el argentino más grande de todos los tiempos. Justo ayer que, en las redes sociales, muchos han definido a Alberto Fernández como el peor presidente de la historia. Todas las comparaciones son odiosas, pero la verdad es que fue el propio presidente el que cometió la herejía de decir que “San Martín miraba el país, igual que nosotros”.

En un acto cargado de ataques a la oposición y de claro contenido electoralista, mezcló a San Martin con el Fondo Monetario. Una provocación absolutamente fuera de lugar. San Martín es el día que nos ilumina y Alberto Fernández es la noche que nos oscurece como país. Sobre todo, si queremos construir una patria digna para todos. No debemos olvidar los mejores ejemplos para imitar ni los peores que tenemos que extirpar.

Asistencia Pública

El Padre de la Patria cruzó la imponente cordillera de Los Andes con su mensaje de libertad. Fue la más grande epopeya americana que se recuerde. Alberto cruzó todos los límites legales con la fiesta clandestina de Olivos y los traficantes de vacunas vip, entre otros tiros en los pies que se pegó. El motor emancipador de San Martín tuvo una potencia gigantesca. Liberar el continente fue su utopía en marcha.

Movilidad

La vocación de Alberto Fernández por engancharnos como vagón de cola de las locomotoras del atraso y la violación de los derechos humanos como Cuba y Venezuela. Hoy el presidente está en su peor momento, con un altísimo rechazo en todas las encuestas. A San Martín lo necesitamos más que nunca. ¡Qué bien que nos vendría en estos tiempos de cólera y Twitter su sabiduría y su coraje patriótico!

Alberto Fernández autorizó una fiesta clandestina de cumpleaños para su pareja con champagne y torta de alta gama. Encima, la quiso ocultar con sus mentiras y después no tuvo otra idea que apelar a la cobardía de responsabilizarla a ella. Sobre la hora del ridículo de donde nunca se vuelve, finalmente a los gritos y con el dedito acusador, se hizo cargo. San Martín manejó cataratas de fondos públicos y murió sin un peso.

En su testamento se negó a todo tipo de funerales. La muerte lo encontró en el exilio, casi ciego, muy lejos de Puerto Madero en todo sentido. Ese barrio lujoso donde vivió Alberto en un departamento que le prestó su amigo Pepe Albistur, esposo de la primera candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires. José de San Martín fue un ejemplo de rectitud cívica en tiempos de traiciones, corrupción y contrabando.

Banner Tucumán Despierta
Banner Tucumán Despierta

Mientras que Alberto Fernández no denunció nunca los delitos ni los negociados que hizo el matrimonio Kirchner y ahora dice que nunca existieron y que la justicia persigue a su jefa porque es una líder revolucionaria. Una de las enseñanzas más maravillosas que nos dejó San Martín tiene que ver con su rechazo al silencio temeroso generado por todos los autoritarismos: “Hace más ruido un solo hombre gritando que cien mil que están callados”.

Dejanos tu Comentario