Nucleoeléctrica Argentina S.A. es una empresa generadora de energía eléctrica que depende del Estado y que opera las centrales nucleares de Atucha I y II y Embalse. No es fácil conseguir empleo allí, porque se necesita un CV calificado, con antecedentes universitarios y perfiles vinculados a carreras como ingeniería. Los sueldos, en ese esquema, son naturalmente altos. La peluquera actualmente se lleva 2 millones de pesos mensuales.
Hay excepciones a la regla. Valeria Yolanda Araujo tiene 44 años y trabaja allí desde 2021, nombrada a dedo y a pedido del ex presidente Alberto Fernández, aún sin contar con experiencia alguna, pero con la ventaja de ser vecina de la planta de la NASA en la localidad de Lima, partido de Zárate, donde vive la mujer. Por desempeñar tareas administrativas, comentan fuentes del sector que la conocen y trabajan cerca de ella, cobra $ 2 millones por mes y es peluquera de oficio.
Rastrear a Yolanda Araujo -la llaman así, por su segundo nombre- por internet es una misión prácticamente imposible. Si bien fuentes de anterior gestión en la Casa Rosada aseguran que Fernández la conoció por Facebook, actualmente no tiene activas sus redes sociales, no se conocen fotos de ella ni aparece ninguna experiencia previa en otros trabajos. Sólo figura el nombramiento que decidió el Poder Ejecutivo hace tres años, cuando en el medio de una serie de nombramientos técnicos en Nucleoeléctrica decidió incluir el expediente de Araujo, una comunicación formalmente conocida como IA N° 172.
El alto perfil que mostró Araujo en sus primeras visitas a la central nuclear de Atucha causó sorpresa entre los operarios de la planta. Le explicaron que debía usar el uniforme oficial que entrega el organismo,
Otra voz dentro de Nucleoeléctrica asegura que Araujo cumple funciones todos los días en el área de servicios en Atucha y que se viste con uniforme normal, con calzado cerrado y pantalón largo. “Hace tareas administrativas que puede haber en cualquier empresa que requiere tareas administrativas básicas. Bueno, eso hace Valeria. Y cumple el horario todos los días porque si no le cabe, es la misma que a cualquier empleado. Si no lo cumple, la sancionan como a cualquier empleado. Pero sí, sigue estando ahí”, resume alguien que intenta explicar cómo es el trabajo cotidiano de Araujo.
Su nombramiento fue especial, asegura un funcionario con pasado en la gestión del albertismo. “La pidió Presidencia especialmente y se decidió contratarla. No es el único caso, pero sí uno muy recordado porque no cumplía con los requisitos para poder ingresar”, destaca. Una constante de Alberto Fernández, dicen quienes trabajaban cerca de él, era llamar a funcionarios y pedirles que designen de manera directa en diferentes cargos a gente que conocía o que le recomendaban amigos en común.
Fuentes de la ex Casa Rosada recuerdan el contexto de ese nombramiento también. “Se la ingresó entre 2020 y 2021 por pedido especial de Alberto. Como era de Zárate, había pedido trabajar ahí y se hizo una gestión”, comentan, a la distancia. Fernández constantemente hacía ese tipo de sugerencias a sus funcionarios: “Era alguien a la que conoció por redes sociales y después le consiguió laburo. Sabíamos que Alberto hacía estas cosas, pero estamos azorados, la verdad”, sintetizan.
NASA es una de las compañías del Estado más importantes del sector energético, una de las pocas superavitarias, que factura alrededor de 800 millones de dólares por año gracias a las tarifas que cobra de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa).
La empresa está ahora controlada por Santiago Caputo dentro de la gestión libertaria. Allí, acaba de ser designado al frente de la compañía Alberto Lamagna, mientras que en la vicepresidencia quedó quien era hasta ahora su presidente, Luis Fasanella.
Fuentes que conocen el sector sostienen que Nucleoeléctrica está “sobredimensionada” en su cantidad de empleados y que el plan libertario para reducir su estructura y darla en concesión a un privado podría incluir un achique de entre 500 y 1.000 personas.