“Un prófugo del que no se puede confirmar si sigue vivo”, decía el texto que publicó La Gaceta en diciembre pasado para relatar la increíble historia de Carlos Marcovich, quien llevaba más de dos años prófugo y fue atrapado hoy en la provincia de Salta.
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Su historial delictivo comenzó 20 años atrás, cuando la Policía encontró un auto incendiado y un cuerpo incinerado en su interior, camino a La Aguadita. Por los documentos que se encontraron en el lugar, se trataría de Carlos Marcovich, de 43 años, empleado del Siprosa y de una empresa de medicina prepaga.
Pero un tiempo después se descubrió la verdad: el hombre había quemado vivo a un linyera para simular su propia muerte y cobrar un seguro de vida de unos $ 10.000 con el que pretendía saldar sus deudas.
Marcovich fue condenado a prisión perpetua. Después de varios años (no se pudo establecer cuántos), por padecer una enfermedad terminal, se le concedió un arresto domiciliario. Se fue a vivir a la casa de una mujer con la que tenía una relación sentimental, en Banda del Río Salí. Pero en 2017 ésta lo acusó de haber violado a su nieta, menor de edad, y el hombre desapareció.
Hoy se supo que había formado una nueva pareja en Salta y que vivía con ella en esa provincia, bajo un nombre falso.