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Caso Lebbos: la mora de 18 años da forma a la impunidad

Siguen demorados los juicios contra César Soto, acusado de homicidio, y de Sergio Kaleñuk, imputado por encubrimiento. La nueva hipótesis del femicidio.

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EL LUGAR. El cuerpo de Paulina Lebbos fue encontrado a la vera de la ruta que conduce a Raco, varios días después de su desaparición. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
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Hace exactamente 18 años, Paulina Lebbos fue vista por última vez después de haber ido a bailar junto a sus amigos. El cuerpo de la joven fue encontrado varios días después en Tapia, a la vera de la ruta 341, que conduce a Raco. La autopsia determinó que la estudiante universitaria fue ahorcada hasta la muerte. En el transcurso de este tiempo se hicieron tres juicios por el caso. En total, hubo nueve condenados, pero ninguno por el femicidio. Todos fueron penados por haber tejido una macabra red de encubrimiento que impidió saber la verdad de lo que sucedió. Verdad que podría conocerse en dos posibles juicios que están lejos de realizarse.

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Ayer se cumplieron cinco años de un fallo trascendental en el expediente. El tribunal integrado por Carlos CaramutiDante Ibáñez y Rafael Macorito, el 25 de febrero de 2019, además de absolver por el beneficio de la duda a Luis Gómez (el único imputado por el crimen), condenar a ex funcionarios por encubrimiento y pedir que se investigue a más de 30 personas por falso testimonio y entorpecer la investigación (se informa por separado), le “marcó” al Ministerio Público Fiscal, en base a los indicios surgidos en el debate, quiénes podrían ser los autores del crimen. La lista estaba integrada por cuatro nombres: Esteban Ledesma (hermano del sospechoso absuelto), Ernesto Atim (en algún momento el celular de la víctima pasó por sus manos), César Soto (pareja y padre de la única hija de Paulina) y Sergio Kaleñuk (que siempre fue mencionado en la causa). En 2021, a días de que prescribiera la causa y luego de que LA GACETA informara de esta situación, la Corte Suprema de Justicia confirmó la sentencia.

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El fiscal Carlos Sale, el mismo que sostuvo la acusación en el juicio histórico, fue el encargado de llevar adelante la pesquisa. Lo primero que hizo fue descartar a Ledesma (en esos momentos era menor de edad) y a Ernesto Atim (no encontró ninguna prueba en su contra). Sí imputó en marzo de 2021 por el femicidio a Soto y a Kaleñuk por encubrimiento y solicitó que ambos fuesen enjuiciados. Antes de que se cumplieran los dos años, pidió que la causa en contra de ambos fuera elevada a juicio.

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LA GACETA no pudo establecer cuál es el estado del expediente en contra de Soto. En cuanto al de Kaleñuk, se supo que el último día hábil del año pasado, el juez Raúl Cardozo rechazó la oposición a elevación a juicio que habían solicitado los defensores del acusado, Patricio Char y Fernando Poviña. Sin embargo, los profesionales apelaron la resolución y ahora otro magistrado que ni siquiera fue sorteado deberá resolver la cuestión.

Este trámite, según los que recorren los pasillos de tribunales, tarda por lo menos un año, siempre y cuando no haya un pedido expreso de que se aceleren los tiempos.

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La nueva teoría

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El fiscal Sale, en dos expedientes diferentes, explicó la participación de cada uno de los imputados. Según su teoría, Paulina se dirigió a la casa de su pareja, Soto. Allí se produjo una discusión que terminó en el femicidio de la joven. Siempre siguiendo esta hipótesis, Kaleñuk no sólo lo colaboró con las maniobras físicas para deshacerse del cuerpo, sino también como alguien que pudo ayudarlo por sus contactos con el poder político para asegurarle impunidad.

Algunos de los indicios que sumó el investigador contra Soto fueron estos:

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– La ex pareja de Paulina era miembro de “La Inimitable”, la barra brava de Atlético, club del que Kaleñuk era dirigente.

– En una pelea, el acusado tomó del cuello a la estudiante e intentó asfixiarla.

– El imputado no soportaba que su pareja saliera con otras personas.

– Las amigas de la joven señalaron que Soto hostigaba permanentemente a Paulina.

– El sospechoso, el domingo 26 al mediodía, lavó la ropa que tenía puesta la noche anterior.

– En su casa, la Policía secuestró un toallón con una supuesta mancha de sangre que nunca se peritó porque la muestra no fue preservada correctamente.

En tanto, algunos de los indicios que consideró para imputar a Kaleñuk, entre otros, fueron:

– Una antena de celular ubicó al hijo del ex funcionario en cercanías de la casa de Soto.

– El 26 de febrero, Kaleñuk realizó 172 comunicaciones con su celular. Varias de esas llamadas fueron realizadas a varios funcionarios que terminaron siendo condenados por encubrimiento.

– El ex funcionario fue notificado de que el padre de la víctima, Alberto Lebbos, había realizado la denuncia de su desaparición.

– Alberto Kaleñuk, padre del acusado, sin motivo alguno y sin ninguna autoridad para hacerlo, envió una comisión policial para investigar la conocida pista Salta.

– Las supuestas comunicaciones que se hicieron desde Casa de Gobierno con Gustavo “El Gordo” González, líder de “La Inimitable”, para el fiscal fueron un indicio de que pretendía que algún integrante del Clan Acevedo se “hiciera cargo” del femicidio.

Los defensores de los acusados, especialmente Kaleñuk, no sólo vienen oponiéndose a cada uno de los pasos procesales, sino que además fracasaron en sus intentos de que sean sobreseídos. Argumentaron una y otra vez que existen indicios, pero no pruebas.

Pero en esta causa tan compleja hay una realidad: en cada juicio que se realizó, surgieron evidencias o se conocieron nuevos detalles. Pero la posibilidad de que se realicen dos nuevos juicios aún es lejana. Así como el paso del tiempo es el enemigo de cualquier investigación, la mora judicial consolida la impunidad.

César Soto: el sospechoso que llegó a ser querellante

César Soto fue pareja de Paulina Lebbos desde adolescente. Su nombre siempre fue noticia en la causa. Primero por las diferencias que tenía con el padre de la víctima Alberto Lebbos. Después porque el fiscal Carlos Albaca (condenado por su participación en el caso) le otorgó el rol de querellante sorpresivamente y con el tiempo terminó renunciando de la misma manera.

Caso Lebbos: la mora de 18 años da forma a la impunidad

Tuvieron que pasar 13 años para que el fallo de un tribunal lo considerara sospechoso del crimen y 15 para que el fiscal lo acusara de homicidio, no de femicidio porque aún no existía esa figura penal en 2006.

La conducta que tuvo a lo largo de este tiempo siempre generó controversias. Sus allegados y los amigos de Paulina lo definieron como un joven celoso y violento, característica que se confirmó cuando tuvo un fuerte cruce con el abogado Gustavo Carlino en pleno debate. También dijeron que nunca se preocupó mucho por la desaparición de su pareja en las jornadas que media provincia la buscaba.

El primer día que declaró en el juicio, se presentó con la ropa oficial de Atlético, justo en la audiencia en la que tuvo que reconocer que era miembro de “La Inimitable”, la barra brava del club de 25 de Mayo y Chile. De su vida actual poco se sabe. Cuando fue imputado por el homicidio, contó que vivía en el sur de la capital y que había formado una nueva familia.

Sergio Kaleñuk: su nombre siempre fue mencionado

El nombre de Sergio Kaleñuk siempre estuvo ligado al caso Lebbos. Él era, junto a los hijos del ex gobernador José Alperovich, uno de los integrantes de lo que se conoció como la línea de “los hijos del poder”. Según esa teoría, la víctima fue asesinada en una fiesta que se desarrolló en Raco o en El Cadillal.

Caso Lebbos: la mora de 18 años da forma a la impunidad

El fiscal Diego López Ávila, el tercer investigador que tuvo el expediente en sus manos, descartó esa hipótesis porque no tuvo las pruebas para sostenerla. Fracasó en su intento de comparar los cabellos encontrados en el cuerpo de la joven con los de los mencionados porque las muestras quedaron inutilizadas porque no se las había preservado correctamente. Cuando intentó examinar la casa que tenía su familia en El Cadillal, descubrió que tiempo antes había sido retirada. Por eso solicitó que sea sobreseído de la causa. Quiso el derrotero del destino judicial que el fiscal Carlos Sale, el mismo que pidió que se lo acusara de encubrimiento agravado, haya avalado la teoría de su colega, aunque dejó abierta la posibilidad de que en el debate oral puedan surgir indicios que modificaran su situación procesal, lo que finalmente ocurrió.

Los defensores del acusado Patricio Char y Fernando Poviña utilizan ese intríngulis para decir que está siendo enjuiciado dos veces por el mismo delito, situación que no está permitida legalmente. Sergio Kaleñuk participó en el debate. Su declaración dejó varias dudas y pasó de ser testigo a sospechoso.

Todos los condenados por el caso

– Enrique García (cinco años): ex comisario de Raco.

– Manuel Yapura: (cuatro años): prestaba servicios en la comisaría de Raco.  

– Roberto Lencina (dos años): también trabajaba como policía en Raco.

– Hugo Sánchez (seis años): ex jefe de Policía de la provincia.

– Nicolás Barrera (cinco años): ex jefe de la fuerza tucumana.

– Eduardo Di Lella (seis años); ex secretario de Seguridad de la provincia.

– Héctor Rubén Brito (cinco años): ex jefe de la Unidad Regional Norte de la Policía. .

– Waldino Rodríguez (tres años condicional): ex policía de Raco.

– Carlos Albaca (seis años) -foto-: ex fiscal que tuvo en sus manos el expediente durante varios años.

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