El infectólogo Eduardo López aseguró que es evidente que la Argentina atraviesa un momento complejo en su plan de inmunización frente al coronavirus porque “hay baja provisión” de dosis y el gobierno está “vacunando lento”.
La principal preocupación del especialista apunta a los adultos mayores de 60 años, rango etario que concentra el 85% de las muertes por COVID-19. “Son más de 7 millones de personas, para los que necesitamos 15 millones de dosis y la Argentina no recibió ni la mitad”, planteó.
López integra el comité asesor del gobierno nacional aunque reconoció que hace varios meses que no mantienen encuentros con el Presidente. Sí dialogaron recientemente con la ministra de Salud, Carla Vizzotti, en un encuentro realizado por la plataforma virtual Zoom.
De acuerdo al monitor de vacunación, la Argentina accedió a 4.050 de dosis de distintos laboratorios. Se aplicaron poco más de la mitad (2.404.194). Sólo 451.311 accedieron a una inmunización total con las dos dosis.
“Yo creo que tenemos que hablar con todos los laboratorios, entre ellos Johnson & Johnson, cuya vacuna de una dosis acaba de ser aprobada, y volver a negociar con Pfizer. Necesitamos dialogar con múltiples laboratorios para tener la mayor cantidad de vacunas”, recomendó. Y diagnosticó: “Si no logramos vacunar al adulto mayor antes del invierno, corremos el riesgo de tener un rebrote”.
López manifestó además su preocupación por la situación en Brasil, especialmente por la cepa de Manaos, que tiene mayores índices de transmisibilidad del virus. Si bien consideró acertada la medida adoptada por el gobierno nacional para restringir los vuelos, el infectólogo cree que habría que avanzar con medidas aún más duras en las fronteras.
“Hoy estamos con un número de casos amesetado alto. No bajamos de los 7500 diarios en promedio. Entonces, estamos ante un escenario en el que tenemos que volver a insistir en el cuidado personal de las personas en cuanto al uso del barbijo, que es totalmente irregular, al distanciamiento social, que muchas veces no se respeta y en cuanto a la necesidad de evitar aglomeraciones y reuniones”, aseguró el especialista en declaraciones radiales a El Destape.
El gobierno nacional anticipó que esta semana llegarán 3 millones de dosis de una de las vacunas desarrolladas en chinas. Sin embargo, no podrán ser aplicadas a adultos mayores porque todavía no fue habilitada. Se prevé que esas inyecciones serán destinadas a personas de entre 18 y 59 años que integran fuerzas de seguridad y otros grupos estratégicos.
La Argentina juega una carrera contra el reloj. Espera vacunar a la mayor cantidad posible de personas antes del inicio de los meses más fríos del año, estación predilecta del virus. El éxito de algunos países de la región expone las dificultades del país.
Chile viene liderando por lejos el proceso de inmunización contra el coronavirus, en medio de las dificultades de los países de América Latina para acceder de forma masiva a las vacunas, al menos hasta el segundo semestre del 2021. No obstante, más allá del avance de su campaña de vacunación con la que espera inocular al 80% de su población para fines de junio, el gobierno trasandino dispuso la vuelta a la fase más estricta del aislamiento en varias comunas.
¿Qué dicen los números de la campaña de vacunación de Piñera que el Gobierno argentino mira de reojo? Antes que nada, conviene recordar que cualquier comparación requiere mirar el tamaño de la población. De acuerdo con los datos publicados en el sitio de estadísticas Our World in Data (OWID), Chile viene aplicando 13.728 inyecciones diarias por millón de habitantes, con una población que es menos de la mitad que la de Argentina, mientras que nuestro país aplica 2.107 dosis por días por cada millón de residentes en el territorio nacional. El ritmo de Chile, más allá de toda ideología, es casi seis veces más.
De hecho, según este sitio de la Universidad de Oxford, Chile es actualmente el país que más rápido está administrando la vacuna en el mundo, con un promedio de 1,37 dosis diarias por cada 100 habitantes inoculados en los últimos siete días. Algo que le envidian todos los mandatarios de la región a Piñera, quien el viernes se aplicó su segunda dosis de la vacuna china Sinovac.