La posibilidad de un nuevo impuesto, esta vez a la renta inesperada, dominó la que fue una reunión con dirigentes industriales de casi todo el país, algunos por zoom y otros de manera presencial, esta tarde en la sede de la UIA en avenida de Mayo.
Y aunque para el tono del comunicado posterior eligieron la moderación, durante el encuentro los dirigentes se despacharon contra esa posibilidad. Algunos en duros términos.
Ese fue el caso del representante de San Juan que alertó al señalar que podría peligrar la anunciada inversión minera en la provincia. Según reconstruyó Clarín, desde su cuadrito de zoom desde donde participaba junto a otros 45 dirigentes, soltó que la noticia llegó a las bolsas del mundo y tiene repercusión en el valor de las empresas en obvia referencia al grupo sueco Lundin que ya cuenta con el aval ambiental para una inversión de US$ 4.100 millones y 3.000 empleos en su provincia. “Si cambian las reglas, se puede echar a perder”, dramatizó.
En el comunicado sobre la reunión, la Junta Directiva de la UIA manifestó su “preocupación por la posible creación de una alícuota adicional dirigida a empresas de todo el país“.Y se sumó así lo expresado por Ciara, que cobija a las principales exportadoras y procesadoras de granos.
Otros que salieron a criticar con dureza ese proyecto fueron los ruralistas de CRA que expresaron que “es ilegal y recaerá sobre los productores”.
La UIA informó, en cambio, que se “analizó cómo afectará la inversión un nuevo incremento de la presión tributaria sobre el sector formal de la economía”.
Por lo que trascendió, encargaron a su propio Centro de Estudios el análisis de cómo puede afectar a las empresas. Y resaltaron que se trata de un impuesto de base desconocida.
“Estamos muy preocupados, no sabemos cómo nos va a dañar. Seguro que va a alcanzar, además de la minería, a casi todo el sector exportador. Estamos realmente alarmados”, dijo uno de los industriales a viva voz.
En el arranque de la reunión, Daniel Funes de Rioja les contó acerca de la convocatoria “inesperada” del último lunes a la Casa Rosada, cuando el ministro Guzmán dio más detalles del impuesto.
“Había estado durante la tarde en reuniones con la CGT por paritarias en una negociación que avanza en buenos términos y apenas llegué a mi casa me convocaron de urgencia al Salón Blanco”, les describió el presidente de la UIA.
Precisamente, en paralelo con el anuncio de un bono similar al IFE para jubilados, monotributistas de las categorías más bajas y empleados domésticas, el ministro Guzmán se explayó por primera vez sobre ese tributo.
Según aclaró Guzmán, la iniciativa impactará en un grupo que en 2021 representó alrededor de un 3,2% del sector empresarial, con ganancias netas imponibles superiores a los 1.000 millones de pesos.
“La ganancia neta imponible real tiene que haber aumentado de forma significativa en 2022, lo mismo que el margen de ganancia”, explicó el ministro. Para los empresarios por efecto de la inflación la facturación se eleva de un año a otro y genera ganancias ficticias.
Ya casi sobre el final de una extensa reunión que se extendió desde las 15 a las 17,30 y puestos a fijar una posición unificada, uno de los directivos de la UIA planteó que las chances de que el proyecto pase por el Congreso son casi nulas.
“No tiene sentido oponernos de manera tan tajante a un proyecto desconocido“, aconsejó un miembro de la mesa que toma decisiones. Lo tuvieron en cuenta y se nota en el comunicado final.
Donde fueron más tajantes es en resaltar que siguen las trabas para el acceso a divisas y las dificultades para adquirir insumos clave. Y en cuanto al temor a cortes de gas a las industrias en el invierno, la esperanza está puesta mañana en la ya agendada entrevista con el secretario de Energía, Darío Martínez.