La reunión entre el gobernador interino, Osvaldo Jaldo, y el presidente de la UCR tucumana y diputado nacional, Roberto Sánchez, junto a los intendentes Mariano Campero (Yerba Buena); Alejandro Molinuevo (Concepción); y Sebastián Salazar (Bella Vista), sigue generando repercusiones.
Y es que, en las últimas horas, dirigentes “alfaristas” cuestionaron el encuentro y consideraron que fue una “trampa” del oficialismo. Lo hicieron cual perritos falderos mandados claramente por Germán Alfaro que ya no puede ocultar el despecho que siente porque sabe que ni el radicalismo ni CREO lo apoyan en Juntos por el Cambio.
Es más, no permitirán que sea un peronista quien encabece el año que viene la fórmula para la gobernación por parte de Juntos por el Cambio. Pero eso no es todo, debido a que en la coalición opositora hay distintas miradas sobre la cuestión Capital. Hay un sector del radicalismo, columna vertebral del armado en Tucumán, que cree algo crucial en este contexto.
Consideran que, si Alfaro va en la fórmula para la gobernación, la UCR debería tener prioridad para competir por la intendencia. Y es que consideran que en la negociación se debe poner sobre la mesa. Esto es lo que puso todavía más furioso al intendente capitalino. Es por ello que bajó línea asegurando que el PJS definirá el nombre del postulante.
En ese sentido, dicen que Alfaro no estaría dispuesto a que el eventual candidato se ponga en consideración de toda la mesa de JxC. De hecho, en la última reunión entre Alfaro y su par de Yerba Buena, Mariano Campero, habrían hablado de la necesidad de que los cuatro intendentes de JxC se abroquelen para plantear algo puntual.
Es decir, que serán ellos quienes seleccionarán a los que competirán para mantenerse en las municipalidades. Lo cierto es que la desesperación de Alfaro asoma a esta altura hasta por los poros. Sobre todo, porque se sabe perdido a causa de que no contará con el “dedazo” de Horacio Rodríguez Larreta como padrino político.
De hecho, en los alrededores del tándem Sánchez-Campero comentan que habrían rechazado que la determinación de los candidatos venga desde Buenos Aires. Habrían propuesto, dicen, armar un espacio netamente local que apoye JxC, pero con autonomía en sus decisiones. Temen que a último momento se impongan candidatos desde la mesa nacional.
Deslizaron que Alfaro tendría la necesidad de contar con ellos y aducen que el crecimiento de la figura de Sánchez permanece intacto. Rechazaron de manera tajante que sus referentes pretendan romper el espacio; al contrario, aseguran, que es clave resignar y hacer los esfuerzos para que todos queden dentro de un armado con potencial ganador.
Pero Alfaro se comporta como un niño caprichoso y sabe que sus espurias aspiraciones a convertirse en gobernador chocarán más temprano que tarde. Es por esa razón que mandó a criticar a Roberto Sánchez. Y si de perros falderos hablamos, no podía quedar afuera el siempre funcional al peronismo local, Ricardo Bussi.
Y es que la hipocresía del titular de FR lo hace olvidar que él hizo una carrera “ayudando” al peronismo dividiendo el voto opositor. Su “reconciliación” con el alfarismo le significó más que una ayuda, un salvavidas de plomo al intendente capitalino teniendo en cuenta que cada vez se encuentra más solo, entre otras razones, por el acercamiento entre Alfaro y Bussi.
Sin ir más lejos, el martes de esta semana, el contador Marcelo Soria Catania asumió como secretario de Control de Gestión del Ministerio de Obras y Servicios Públicos. Hasta ahora, el flamante integrante del equipo que encabeza Fabián Soria se venía desempeñando como subsecretario de Planificación Financiera de la Capital, bajo la órbita del alfarista Claudio Viña.
De esta manera, ahora integra un listado de dirigentes y funcionarios técnicos que dejaron el equipo del intendente Germán Alfaro para pasar a la Casa de Gobierno, y que incluye a Susana Montaldo (asesora en Educación), José Luis Ruiz, Damián Márquez y Pablo Antonio Guerrero, entre otros.
En definitiva, Alfaro sabe que se encuentra en desventaja en relación a otro de los aspirantes para la gobernación de JxC, Roberto Sánchez, y que por ello quiere “subirse al ring” de 2023. El problema es que no le dan los números ni los apoyos, por lo que sólo le queda seguir como hasta ahora: solo y despechado.