En un año electoral, en donde la preocupación del Gobierno se centra en una “inútil” reelección y una constante puja por ver quién será candidato, el peor enemigo de los argentinos continúa siendo la miseria económica. Cabe recordar que el Frente de Todos llegó al poder en 2019 con la falsa promesa de revivir la denominada “fórmula de la patria” de la dupla Perón-Perón de 1951.
Contrario a las promesas de campaña, la fórmula Fernández-Fernández, no fue más que el andamio necesario para ejercer el poder con miras únicamente en aquello que los ocupa y preocupa: la ratificación de cargos. Lamentablemente, para este espacio, en segundo plano se encuentra el pueblo argentino, relegado, abandonado y a merced de un gobierno enfocado en los intereses de unos pocos, cuyo único objetivo pareciera ser, desde el retorno a la democracia, fabricar pobres.
Producto de la incertidumbre a la que nos tiene acostumbrados este Gobierno, la inflación tuvo una disparada histórica (la mayor en los últimos 30 años) contribuyendo así a la actual miseria argentina. En este sentido, las variables económicas del mes de febrero fueron por demás desastrosas y alarmantes, ciertamente el peor febrero de los últimos 30 años. Por un lado, la inflación del segundo mes del año fue del 6,6%, rompiendo la temida barrera del 100% anual.
Esto fue así porque el INDEC nos dio un número que supera los tres dígitos por primera vez desde la salida de las hiperinflaciones de 1989-90: un 102,5%. Por otro lado, el único “plan” del Gobierno nacional pareciera ser prender una vela para que los precios de los alimentos de la canasta básica no exploten e impacten en el crecimiento de la indigencia y también de la pobreza.
Lastimosamente, la realidad es que en el primer bimestre del año estos precios acumularon un alza del 17,3%. Esto se debe a que alimentos y bebidas no alcohólicas constituyen la categoría que más pesa en el IPC (alrededor del 25%) y en su interior, la carne es el bien con mayor incidencia (de un 9%) en el total de la canasta del IPC. De acuerdo con el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), los precios de los cortes de carne vacuna registraron una suba de 29% en febrero respecto del mes anterior y crecieron 76,8% en términos interanuales.
Con una inflación descontrolada que sufrimos día a día como resultado de la pésima administración gubernamental y con la espera de que en marzo las perspectivas inflacionarias sean iguales o peores, es importante recordar que se trata de un año electoral y debemos intentar salir de la caída en espiral a la que el presidente nos empujó hace casi 4 años. Por eso, en lugar de “luche y vuelva” (porque nunca se fueron), trabajemos para que se vayan.