El mercado laboral ha mostrado en el segundo trimestre del año algunos signos de mejora respecto de igual período de 2022, pese a la crisis cambiaria y a la expansión inflacionaria que, hasta ese momento, no había sentido el efecto de la devaluación. En ese contexto, la desocupación en el Gran Tucumán-Tafí Viejo bajó casi medio punto en la comparación interanual, ubicándose en un 6,6% (28.000 casos) al cierre de junio, según se desprende de los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). En el promedio nacional también hubo un descenso, del 6,9% al 6,2%, con lo que hay 900.000 personas que residen en los 31 aglomerados urbanos de la Argentina que buscan activamente empleo y no lo consiguen todavía.
El reporte del instituto que dirige el economista Marco Lavagna detalla el nivel educativo de las personas desocupadas. Así, por ejemplo, el 68,3% de esos desempleados cuenta con hasta secundario completo, y el 7%, con nivel superior y universitario, completo o incompleto. En cuanto al tiempo de búsqueda, un 66,4% lleva buscando empleo entre uno y 12 meses, mientras que 33,6% lleva más de un año.
Pero hay otro dato en el informe oficial, al que accedió LA GACETA, que resulta llamativo: el fuerte descenso de la población ocupada que busca otro ingreso para llegar a fines de mes. En la comparación interanual, la baja ha sido del 31% al 23,5%. En cifras, esto implica que, en el último año, unas 101.000 personas procuran acceder a otro puesto para mejorar su situación socioeconómica (30.000 menos que en 2022). Una primera explicación de este fenómeno se encuentra en el cuentapropismo (monotributistas -incluyendo los sociales- y autónomos), que se ha expandido un 7,7%, por encima de los empleos formales (3,6%).
Otra explicación, según Ecolatina, se encuentra en el pluriempleo no necesariamente está asociado al objetivo de apuntalar los ingresos para evitar caer bajo la línea de pobreza. También está vinculado a la necesidad de sostener determinado nivel de vida, ya que muestra un crecimiento marcado en deciles más altos de la pirámide socioeconómica nacional. “Esto agrega evidencia en que la Argentina no tiene un problema de empleo, sino de calidad de esos puestos: ingresos bajos estimulan la participación en el mercado de trabajo y lo que no ajusta por cantidades no solo ajusta por precios sino que también por bienestar, reduciendo tiempo de ocio y de educación, por ejemplo”, advierte la consultora privada.
Además, el 60% de personas con pluriempleo son mujeres, y casi la mitad son personas menores a 40 años. Además, uno de cada tres “pluriempleados” corresponde al rango etario entre los 30-40 años. Por otro lado, el 85% de quienes cumplen con esta característica son jefes/as de hogar o sus cónyuges, añade Ecolatina. Esta tendencia muestra otra faceta más preocupante: no se ajusta por cantidad de puestos ni por ingresos, sino por bienestar, ya que para que una familia sostenga un nivel de vida determinado tiene que sacrificar cada vez más tiempo fuera del trabajo.
Entre los asalariados ocupados, el informe del Indec expresa que el 4,5% utilizó sus propias maquinarias/equipos para realizar su trabajo. Asimismo, del total de ocupados, 9,1% trabajó desde la vivienda. Al analizar la población ocupada por nivel educativo, más de la mitad de las personas ocupadas (60,8%) cuenta con hasta secundario completo, mientras que 39,2% posee estudio superior y universitario (completo o incompleto). En lo que respecta a la calificación de la ocupación principal, 55% corresponde a un empleo operativo; 17,2%, a calificación técnica; 18,3%, a no calificado; y 9,1%, a profesional.
El empleo no registrado sigue siendo un flagelo en la Argentina. El 36,8% de los asalariados trabaja en negro, es decir, no tienen aportes jubilatorios ni a obra social, según los datos oficiales. La situación es más profunda en el principal aglomerado urbano de Tucumán, donde la informalidad alcanza al 45,3% de los asalariados al cierre del primer semestre del año. En esta situación se encuentran alrededor de 120.000 personas, casi la misma dotación de trabajadores con las que cuenta el sector público provincial.
Una dinámica diferente
El sector privado muestra algunas facetas de mejora en la generación de puestos formales. Al analizar la dinámica del empleo en las provincias, en junio pasado se repitió el escenario observado en los meses previos: 23 de ellos crecen contra el año anterior y solo uno muestra caídas, de acuerdo con los datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación. Entre los que presentaron subas, se destacan tres que lo hacen a doble dígito: Catamarca (17,7%), Neuquén (12,7%) y La Rioja (10,5%). Entre estos cinco, crearon 24.592 empleos (11,2% del total nacional) aunque con fuerte concentración neuquina (explicó el 63% del total agrupado de esas tres provincias), indica un informe elaborado por Politikon Chaco.
El “top ten” de mayores incrementos relativos se completa con Salta, Chaco, La Pampa, Corrientes, Córdoba, Santiago del Estero y Misiones, todos con subas iguales o superiores al 4%. Entre estas 10 provincias mencionadas, crearon 73,491 empleos en el último año, equivalente al 22% del total nacional. En el otro extremo, Tucumán vuelve a ser la única provincia con descensos: en junio, la baja registra fue del -1,1%, y es el decimocuarto mes consecutivo de descensos. Esa baja representó la pérdida de 1.947 empleos en Tucumán respecto de junio de 2022, resalta la consultora.
