WASHINGTON.- La guerra en Ucrania no está saliendo como Rusia quería.
Los videos posteados en las redes sociales muestran que han sido barridas columnas enteras de tanques y vehículos blindados. Otros debieron detenerse porque los civiles ucranianos se paran en medio de la calle impedir su avance.
Unidades de armamento liviano que fueron enviadas sin apoyo a lo profundo del territorio ucraniano se vieron rodeadas y sus soldados fueron capturados o abatidos. Varios aviones de guerra y helicópteros fueron derribados, según funciones militares ucranianas y norteamericanas.
Las cadenas de suministros logísticos fallaron, dejando a las tropas rusas varadas por falta de combustible al costado de las rutas, donde quedan vulnerables y son capturadas.
Lo que es más grave aún es que a pesar de contar con la segunda fuerza aérea más grande del mundo, Rusia ha demostrado ser incapaz de garantizar su superioridad en los cielos frente la insignificante fuerza aérea de Ucrania, dijo el domingo un funcionario de Defensa norteamericano.
El domingo, las fuerzas ucranianas pudieron repeler un intento ruso de tomar el control de la ciudad de Kharkiv, a menos de 50 kilómetros de la frontera. Un nuevo avance hacia Kiev fue frenado en el suburbio de Irpin, donde los videos publicados en las redes sociales mostraron restos carbonizados de tanques y vehículos blindados rusos, mientras los soldados ucranianos retiraban las armas de los cuerpos de los soldados rusos muertos.
Estas escenas de humillación se viralizaron en las redes sociales, donde los ucranianos están sacando una clara ventaja. Múltiples videos de todo el país muestran escenas de tanques rusos quemados, soldados rusos muertos, o rusos capturados algunos casi adolescentes, llamando a sus padres por teléfono al borde del llanto.
El ejército ruso, por su parte, casi no ha difundido partes de guerra sobre la situación en Ucrania, en contraste con la proliferación de informes que emitían durante su intervención en Siria. El domingo, un vocero ruso reconoció que hubo bajas y pérdidas rusas, aunque dijo que eran “muchísimas menos” que las sufridas por Ucrania.
“Los soldados rusos están demostrando coraje y heroísmo mientras cumplen tareas de combate en esta operación militar especial. Lamentablemente, entre nuestros camaradas hay muertos y heridos”, informó la agencia estatal de noticias Tass, citando al portavoz militar Igor Konashenkov. “Las pérdidas de las Fuerzas Armadas Rusas son mucho menores que el número de pérdidas de las Fuerzas Armadas de Ucrania”.
Funcionarios estadounidenses y expertos militares advierten que es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre el eventual decurso de una guerra que empezó hace apenas unos días.
“Estamos en el Día 4. Los rusos van a aprender, se van a adaptar, y van a intentar superar esos problemas. Tenemos que ser pragmáticos al respecto”, dijo el alto funcionario de defensa de Estados Unidos, quien habló bajo condición de anonimato para poder referirse libremente al tema.
Lo que queda claro, sin embargo, es que la apuesta de Putin por una toma rápida y decisiva de Ucrania no rindió como esperaba.
Los recursos relativamente limitados que hasta ahora invirtió Rusia hace pensar que Putin esperaba poca o ninguna resistencia, y las fuerzas rusas parecen desconcertadas por la ferocidad y el modo en que se plantan los civiles ucranianos, dice el funcionario norteamericano.
Los expertos militares también están pasmados por los errores tácticos y las deficiencias militares que el temido ejército ruso ha demostrado hasta ahora.
“Rusia en realidad le está mostrando al mundo que no es tan fuerte como pensábamos, y eso refuerza la confianza de la OTAN”, dice John Spencer, un veterano del ejército norteamericano que preside el departamento de Estudios de Guerra Urbana en el Instituto de Guerra Moderna de la Academia Militar de Estados Unidos. “No es el ejército de una superpotencia, eso es seguro. Está mostrando una gran debilidad”.
En última instancia, Rusia tiene un ejército mucho más grande y mejor armado, y si finalmente se adapta y la guerra escala, “es probable que a Ucrania le esperen cosas mucho peores”, dice Rob Lee, exoficial de infantería de la marina norteamericana y actual miembro del Instituto de Investigaciones de Política Exterior.
Al menos hasta ahora, los rusos han actuado con notable moderación, en comparación con las guerras anteriores que libraron en Siria y Chechenia, dice Lee. Por el momento, no han realizado bombardeos intensos y ataques con misiles contra zonas civiles como los que destruyeron y despoblaron las ciudades de Alepo en 2016 y Grozny en 1999, quizás porque creían que en Ucrania la población local les daría la bienvenida.
Ahora, la mayor preocupación de los funcionarios occidentales es que después de haber sufrido estos reveses iniciales, Rusia desate toda la potencia de fuego a su disposición, lanzando bombas y misiles sobre pueblos y ciudades para intimidarlos y someterlos. Pero podría ser demasiado tarde para recuperar impulso en el terreno y enfrentar a las fuerzas ucranianas, que están altamente motivadas y han tenido tiempo de erigir defensas en áreas urbanas, armar a los civiles y detectar las debilidades rusas, dice Spencer.
Por la forma en que los rusos iniciaron su ofensiva quedó claro que su objetivo era lograr una avanzada relámpago al corazón de Kiev, capturar o matar al presidente Volodymyr Zelensky e instalar un gobierno títere, para poner al país bajo control ruso sin necesidad de combatir en el resto de Ucrania.
Pero con la ofensiva sobre Kiev estancada en las afueras de la ciudad, los rusos se enfrentan a la posibilidad de tener que librar una especie de guerra urbana en calles densamente pobladas y defendidas por soldados y civiles que conocen el terreno. Un asedio como ese podría durar meses, con un mundo cada vez más indignado y decidido a castigar por todos los medios a Putin y al Estado ruso.
“La única forma de tomar una ciudad es destruyéndola”, dice Lee, y agrega que además de los miles de víctimas civiles que dejaría una guerra urbana, “también sería una pesadilla para los rusos enfrentar a toda esa gente que los ataca desde los edificios.”
Los rusos han logrado avances en otros lugares, especialmente en el sur. Pero sin la toma de Kiev, esas victorias parciales pierden sentido y obligan a los rusos a luchar en varios frentes abiertos, con sus fuerzas dispersas por todo el país, señala Spencer.
“Kiev es todo. Es lo único que importa en esta guerra. Si no toman Kiev, significa que perdieron. A los ucranianos, por el contrario, les alcanza con no perder”, dice Spencer.
“Para Ucrania, no perder es sinónimo de ganar.”
Por Liz Sly y Dan Lamothe
(Traducción de Jaime Arrambide)