Al despacho de la Fiscalía de Instrucción I de Monteros, llegó un informe del Ministerio Público Fiscal. El mismo, está compuesto por el informe topográfico y planimétrico del lugar donde fueron hallados los restos de Armando Luis Espinoza. Se trata del tucumano que la Policía local secuestro, torturó, asesinó e hizo desaparecer en la provincia de Catamarca. El informe fue elaborado por el Departamento de Criminalística dependiente del Ministerio Público Fiscal y da cuenta de lo que fue el crimen más brutal que se recuerde en Tucumán por las características del caso. Donde las fuerzas de seguridad intentaron lograr cometer este grave delito con total impunidad.
El lugar de la inspección fue justamente la zona en la que fueron hallados los restos de Luis Espinoza. Se trata de la Ruta Provincial N° 65, a 400 metros aproximadamente al oeste de hito interprovincial conocido como “La Banderita”. Esta localización hace las veces de separación limítrofe entre Tucumán y Catamarca. Sobre el precipicio y desde la calzada se halló un bulto negro con blanco que personal del Grupo Cero y de Bomberos de la Policía de Tucumán rescataron.
El estado del cuerpo habla por sí mismo del estado avanzado de descomposición en el que se hallaba. Cabe destacar que gran parte de la cara parece haber sido devorada por animales de la zona dejando al descubierto parte de la calavera. En el cuello puede notarse la carne al descubierto tras haber sido arrancada la piel. El resto del cuerpo fue cubierto en una frazada y una bolsa negra que utilizaron los policías involucrados en la desaparición y asesinato de Luis Espinoza. Además, unas cintas envolvían los restos de la víctima. El cadáver presentaba sus manos atadas con un cable y estaban visiblemente lastimadas por el frío del lugar donde yacía.
La titular de la Fiscalía de Instrucción I del Centro Judicial de Monteros en Tucumán, es Mónica García de Targa, quien estudiará el informe presentado. Fue ella quien solicitó la prisión preventiva para 10 de los 11 acusados por el asesinato de Luis Espinoza, quien se desempeñaba como trabajador rural en Simoca. La funcionaria provincial señaló que “tiene pruebas suficientes” para sostener que los sindicados participaron de manera activa en el crimen perpetrado.
Hasta el momento, los imputados son Rubén Montenegro (subcomisario), José Morales (oficial) y los efectivos Miriam González, René Ardiles, Víctor Salinas, Carlos Romano, José Paz, Gerardo González Rojas y Claudio Zelaya. Asimismo, Fabio Santillán, quien se desempeñaba como vigía ciudadano de la comuna de Monteagudo. Resta definir la situación del aprendiz de policía, Álvaro González, de 19 años y además es primo del agente González Rojas.
La fiscal del caso describió el operativo previo al crimen de Luis Espinoza. Dijo que Zelaya y Rojas González se trasladaban a bordo de una moto Honda, al tiempo que eran seguidos en una Renault Kangoo. En este vehículo, se trasladaban el oficial Morales, Víctor Salinas, Carlos Romano, Miriam González (propietaria del vehículo) y el vigía Santillán. Detrás de ellos, los seguía un Fox Cross, en el que viajaban el subcomisario Montenegro y los agentes Ardiles y Paz. Todos ellos, actuaron de civil y sin ninguna de las identificaciones que los acreditaran como miembros de la policía.
En un momento determinado, Zelaya empezó a disparar con su escopeta cargada con postas de goma en contra de la humanidad de los hermanos Luis y Juan Espinoza, quienes se trasladaban a caballo. En ese marco, intentaron escapar rumbo al norte, pero fueron perseguidos hasta que les dieron alcance en un campo cercano. Fue allí que Juan se cayó del animal y fue salvajemente golpeado por Zelaya, González Rojas y Miriam González.
“Ante el grito desesperado de Luis Espinoza para que dejen de golpear a su hermano, el oficial Morales apuntó con su arma reglamentaria marca Jericho a la humanidad de Luis, que se encontraba a una distancia de unos 10 metros aproximadamente y, con claras intenciones de causarle su muerte, realizó un disparo directo que impactó en el espacio intercostal izquierdo de la víctima”, justificó la fiscal el pedido de prisión preventiva.
Tras el hecho, todos los efectivos colaboraron para arrastrar el cuerpo de Luis hasta un monte ubicado a unos 15 metros del camino donde fue el ataque. De hecho, el cuerpo de Luis Espinoza tenía escoriaciones en la zona del estómago. “Lo hicieron sin saber si se encontraba con vida, privándolo de recibir asistencia médica”, señaló la funcionaria.
Luego, González Rojas se fue rápidamente del lugar, mientras que Ardiles, Paz, Romano y Salinas vigilaron el para que nadie descubriera la brutalidad policial que habían realizado. Después, González Rojas regresó al lugar en una camioneta Chevrolet Silverado manejada por el aprendiz González. Allí, transportaban una bolsa de gran tamaño. Colocaron el cuerpo en el VW Fox de Montenegro.
“Con intenciones de ocultar el hecho y garantizar su impunidad todos ustedes se trasladaron hasta la comisaría de Monteagudo, ingresando el cuerpo de Espinoza al patio de la dependencia policial. Todos ustedes procedieron a sacarle la ropa y envolver el cuerpo en una colcha color gris clara y un plástico color negro de un lado y blanco del otro para proceder a atarlo con cables, unos trozos de soga y por último con cinta de embalar”, describió la fiscal. Finalmente, los restos fueron llevados en el vehículo de subcomisario Montenegro y conducido por él mismo hasta Catamarca y estuvo acompañado por Morales, González Rojas y Zelaya. Allí arrojaron el cuerpo a 400 metros de La Banderita.
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