En un escenario donde el proceso inflacionario de la economía gana terreno con el correr de los meses y la moneda nacional se devalúa día a día, buscar trabajos rentados en dólares para vivir con pesos se convierte en una tentación para diversos grupos de jóvenes profesionales. En relación a esto, especialistas aseguran que este fenómeno se observa a raíz de la demanda de roles vinculados a perfiles de producto y diseño que se está desplazando de Estados Unidos a otros países del mundo.
Esta revolución en el mundo del trabajo demolió barreras geográficas a la hora de buscar talentos y esto generó una demanda de empleo argentino en el exterior que se estima que creció a razón de 1.500% durante el transcurso del año pasado. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), las exportaciones argentinas a la denominada “industria del conocimiento” crecieron un 23%.
Ante esto es importante destacar que no todas las profesiones son buscadas en este mercado. Según la plataforma Freelancer, que cuenta con alrededor de 750.000 trabajadores registrados, las ofertas más comunes y populares están relacionadas con la tecnología de la información, como programación, diseño y pruebas web. Y el precio por hora varía dependiendo de la habilidad, el tiempo y la experiencia del trabajador, y puede oscilar entre U$S 20 y U$S 75 y alcanzar hasta los U$S 4.000 por mes.
Sensaciones enfrentadas
Los testimonios de quienes tienen la posibilidad de trabajar en estas condiciones son dispares y mientras algunos trabajadores se focalizan en la tranquilidad y bienestar que les genera cobrar estas cifras, otros son cautos y reconocen ciertos temores. Más allá de reconocer que su labor actual le permite alcanzar distintas metas individuales y profesionales, Alba Fernández, diseñadora gráfica y asistente en marketing, asegura que su realidad “es contraria a lo que puede imaginarse”.
“Esto también genera incertidumbre y algo de inseguridad porque se siente extraño tener que recurrir a estos métodos y no poder confiar en la economía de tu propio país, o mejor dicho, tener que moverte para hacer que rinda más el esfuerzo de tu trabajo”, sostuvo la profesional radicada en Buenos Aires.
El cobro
Teniendo en cuenta la situación económica del país, los distintos tipos de cotización del dólar y las trabas para su ingreso al sistema financiero formal, el tema de la cobranza es uno de los aspectos que más incomoda a los trabajadores que se desempeñan en esta modalidad. Actualmente, las transferencias bancarias internacionales tienen un tope de U$S 12.000 anuales, si la intención es cobrar en dólar billete. Dentro de ese límite, un usuario puede recibir el dinero en su cuenta bancaria en dólares, sin necesidad de cambiarlo por pesos. Pero, en caso de superar ese límite se ve obligado a cambiar los dólares al tipo de cambio oficial en un plazo de cinco días.
De esta forma, a la cifra recibida hay que restarle comisiones bancarias en dólares, el costo del mantenimiento de la cuenta, las retenciones de ingresos brutos y el monotributo para poder hacer la factura de exportación denominada E, entre otros gastos.
Contadores y asesores financieros aseguran que el tope actual resulta bajo si se tiene en cuenta los niveles salariales y esto genera una economía informal que contempla la creación de cuentas bancarias en el extranajero, entre otras estrategias. Esto podría empezar a modificarse a partir de la media sanción que recibió en Diputados el proyecto del Monotributo Tech para profesionales que facturan sus servicios basados en el conocimiento y para quienes participen en competencias de e-sports (deportes electrónicos). Para estos casos contemplados en la iniciativa de ley, el tope de facturación anual será de U$S 30.000 y tendrá cuatro escalas. Además, se prevé un régimen cambiario para pequeños contribuyentes tecnológicos, que los exceptúa de la obligación de liquidar las divisas.
Alejandro Servide, director de Professionals RPO & Technologies de Randstad Argentina, hizo mención a los perfiles más demandados en este mercado laboral y detalló que los perfiles de tecnología e ingeniería pican en punta.
“Son especialmente requeridos los profesionales que cuentan con experiencia en manejo de crisis, gestión financiera y buenos resultados comerciales. Este año hemos notado una alta demanda en profesionales de la salud y cuidado de personas, desde enfermeros, médicos y acompañantes terapéuticos, así como también del área de marketing, finanzas y estrategia”, especificó.
Y agregó: “En estos casos hay que tomar en cuenta que cuando se trata de emigrar para trabajar en otro país, es algo que no es para todos, tomando en cuenta nuestra cultura latina nos hace valorar mucho las raíces y el apego a los vínculos y eso juega a favor de la retención. Cuando se trata de emigrar, aunque sea de manera temporal, los que más se animan a vivir una experiencia internacional son los jóvenes profesionales entre 25 y 30 años, sin hijos, que se arriesgan a probar y, en muchas oportunidades, terminan radicándose en el exterior definitivamente. Como instancia de desarrollo profesional, la experiencia en el exterior es siempre muy valorada porque involucra un gran aprendizaje, un crecimiento personal y profesional, al tiempo que permite conocer otras culturas e idiomas, entre otras de sus muchas ventajas”.
Terreno propicio
Un estudio reciente de la compañía Randstad indicó que el 43% de los argentinos tiene flexibilidad para desempeñar su trabajo de manera remota.
La empresa, referente en servicios de Recursos Humanos, detalló que la última edición del Workmonitor (informe que releva las expectativas, estados de ánimo y comportamiento de los trabajadores en 34 países, incluido Argentina) se reveló que el 43% de los trabajadores argentinos dispone de flexibilidad en términos de la ubicación desde dónde realizar su trabajo, mientras que el 51% de los encuestados indicó que su empleador le ofrece flexibilidad en términos de horario de trabajo.
“Así surge que el 81% de los trabajadores argentinos considera de gran importancia contar con flexibilidad en términos de horario de trabajo y el 75% considera muy importante disponer de flexibilidad en términos del lugar desde donde trabaja, por la posibilidad de realizar home office o trabajo remoto”, sostuvo el documento elaborado por la compañía.