Tras la declaración de guerra de Vladimir Putin a Ucrania, volvió a tomar fuerza la posibilidad de sacar a Rusia de la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales conocida como SWIFT, la red bancaria internacional.
Esta medida catalogada como sanción “nuclear” expulsaría a Rusia del sistema bancario mundial y significaría una de las sanciones más duras para su economía, pero también tendría repercusiones potenciales considerables en el sistema financiero en general, liderado por Estados Unidos.
Vetarlo de la red de pagos SWIFT aislaría a Rusia e impediría transferir los beneficios de la producción energética, que suponen más del 40% de los ingresos del país. Se trataría de un embargo a la importación de materias primas estratégicas como petróleo, gas, carbono metales, y congelar los activos en el extranjero del Estado ruso y de oligarcas rusos.
Expulsar de SWIFT a Rusia dejaría prácticamente todo el comercio internacional y todas las transacciones internacionales de Rusia bloqueados. Y dejaría a la banca rusa sin acceso a dólares y euros. El pago de las importaciones se haría imposible salvo que los clientes internacionales aceptaran ser pagados en rublos rusos.
El ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, hizo mención a ello este jueves al pedirle a la comunidad internacional imponer “sanciones devastadoras” a Rusia y aislarla “en todos los formatos” tras el inicio de la operación militar contra su país.
No obstante, desde el Institute of International Finance alertaron que expulsar a Rusia de las finanzas internacionales también podría ser contraproducente, dañando a las empresas estadounidenses y europeas que hacen negocios con compañías rusas.
Lo cierto es que las empresas rusas no podrían tener relaciones con socios internacionales. Este tipo de sanción sólo se hizo una vez, contra Irán en 2012 por el programa nuclear del país, y puso de rodillas a la economía iraní.
Este jueves, el presidente estadounidense Joe Biden estaba reunido con los aliados del G7 para pactar más sanciones.
Durante semanas, mientras Rusia concentraba decenas de miles de tropas y armas pesadas en la frontera de Ucrania, Biden lideró a la OTAN y otros aliados europeos en su intento de elaborar lo que califica de sanciones “sin precedentes” como medida disuasoria.
“Estados Unidos y sus aliados y socios responderán de manera unida y determinada. El mundo hará que Rusia rinda cuentas”, dijo el líder de la Casa Blanca en sus primeros comentarios el miércoles por la noche en Washington, después de que empezaran a caer misiles rusos sobre Ucrania.
Qué es SWIFT
SWIFT nació en 1970 y rápidamente suplantó al sistema Télex. Tiene unos 11.000 clientes y prácticamente todos son instituciones financieras.
Cada día registra unas 40 millones de transacciones financieras internacionales a través de más de 200 países. Las transferencias se hacen a través de un sistema automatizado y de alta seguridad. Los fraudes son prácticamente imposibles, por lo que miles de instituciones financieras de todo el planeta confían en los servicios de SWIFT.
Todo eso hace de la empresa belga una herramienta muy potente si se quiere castigar económicamente a un país. Rusia tendría como única alternativa volver a los tiempos en los que las transacciones se hacían por fax o intentarlo por email.
Eso implicaría retrasos y sólo sería factible siempre y cuando los socios comerciales y económicos de empresas y bancos rusos en el extranjero aceptaran dar marcha atrás y volver al fax.