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Horror y crimen. La madre del chico asesinado en Córdoba reveló la inquietante hipótesis que maneja la fiscalía

La víctima y el victimario, de 13 años, eran compañeros de curso; hoy a la noche hay una marcha para pedir Justicia

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Víctima y victimario fueron filmados por una cámara se seguridad
Descacharreo

CÓRDOBA.- Mariela Flores, la madre de Joaquín Sperani, el adolescente de 14 años asesinado a golpes en Laboulaye por su mejor amigo y compañero de colegio, de 13, reveló la inquietante hipótesis que manejó la fiscalía que intervino en la investigación del homicidio: el victimario estaba enamorado de la víctima.

Así lo dijo Flores en declaraciones periodísticas. En la escuela los llamaban los “tres mosqueteros” porque ambos eran muy amigos de una adolescente. La madre de la víctima no dio otros detalles sobre la hipótesis e investigación del Ministerio Público Fiscal.

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Los padres de la víctima dijeron que en la escuela solía sufrir bullying. “Tenemos muchas preguntas sin respuestas”, admitió la madre de Joaquín.

Movilidad Urbana

El crimen conmocionó a la comunidad de Laboulaye. En el velatorio se vivieron momentos de dolor y congoja. El ataúd salió cinco minutos después de las 17 de la casa funeraria y fue recibido con un aplauso por la gente que esperaba para acompañar a la familia. Partió hacia el cementerio Jesús Redentor, donde será sepultado. Esta noche, a las 21, habrá una movilización para pedir Justicia.

La comunidad de la ciudad del sur de la provincia de Córdoba no logra salir del estupor que le provocó el crimen. Los vecinos conocen a las dos familias y a sus hijos e insisten en que “nunca” habían tenido ni protagonizado problemas.

A la salida del velatorio, los padres de la víctima y sus tres hermanos más chicos recibieron muchos abrazos y saludos de la gente. Flores, visiblemente afectada, rechazó ir en una ambulancia. Fue con su familia al cementerio

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El coche fúnebre pasó por la puerta de la escuelao, donde había un cordón realizado por los alumnos de la entidad donde iba Joaquín y también por los jugadores de las divisiones inferiores del club Huracán, donde practicaba fútbol.

Por la sala de la Cooperativa FEL pasaron familiares, amigos y compañeros tanto de Joaquín como de su papá, Martín Sperani, quien trabaja como camionero de un molino de la zona, y de Flores. El adolescente, contó su padre, lo acompañaba “mucho” en el camión y le gustaba “todo lo relacionado” al transporte pesado. “Soñaba con tener un campo”, dijo.

Aunque la familia de Joaquín y la de su victimario eran amigas y tenían vínculo, no volvieron a tener contacto desde el sábado pasado, cuando una cámara los mostró a los dos juntos saliendo del Instituto Provincial de Enseñanza Media (Ipem) 278 Malvinas Argentinas. Después, se ve al sospechoso regresar corriendo a la escuela.

Con 14 años, Joaquín jugaba al fútbol en el club Huracán de Laboulaye, donde era arquero, y también practicaba tae-wondo con su padre. ”Se sabía defender; por eso estoy seguro de que lo golpearon de atrás. Su cuerpo estaba boca abajo, según describió mi sobrina. Tiene un lado de la cara hinchada, igual que el ojo”, dijo Martín Sperani, el padre de la víctima.

La víctima era introvertida, callada. El jueves pasado fue la última vez que Joaquín fue visto con vida. Salió de su casa a la hora de la siesta para ir al instituto, pero nunca entró a la clase. Sí, dejó la bicicleta en el patio. Flores hizo la denuncia por la desaparición de Joaquín la noche del jueves.

El padre de la víctima relató que estuvo con el chico detenido y con sus padres. Incluso afirmó que el adolescente lo abrazó. “Abracé a sus padres y los consolé cuando su hijo declaraba. Yo les decía ‘tranquilos, lo vamos a encontrar”, precisó.

Anteayer, el sospechoso entregó el celular de Joaquín a la policía. Horas después se autoincriminó. “Sí yo lo maté”.

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La víctima, Joaquín Sperani

Cuando los investigadores le indicaron que les había dado un teléfono, Martín Speroni pidió verlo para confirmar si era el aparato. “Yo le había dado el mío. Tenía el vidrio roto, les di el patrón para abrirlo. Me lo trajeron, lo pudimos abrir”, detalló. Desde entonces no habló más con el chico detenido ni con sus padres. Esa familia vive en las afueras de Laboulaye, donde tienen un tambo pequeño. El adolescente no tiene hermanos.

Desde ayer está alojado en el Complejo Esperanza, de la ciudad de Córdoba. En las próximas horas, se llevarán a cabo una serie de estudios psicosociales y ambientales, ordenados por el juez Penal Juvenil, Sebastián Moro.

El magistrado ya habló personalmente con el niño y también con sus padres. El juzgado precisó que, en la situación de adolescente no punible, ya está interviniendo la Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia (Senaf).

La autopsia, realizada en Río Cuarto, determinó que Joaquín murió a causa de un traumatismo de cráneo producto de un golpe por detrás que le provocó daño encefálico. La muerte fue “inmediata”. En el cuerpo no hay señales de que haya intentado defenderse.

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