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Jaldo espera más medidas para definir el apoyo al plan de ajuste impulsado por Milei

El gobernador aguarda que la Nación defina qué hará con Ganancias y con la refinanciación de deudas provinciales. El DNU es analizado en Casa de Gobierno.

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MEGADECRETO. “El Estado tiene que tener una participación para proteger al más débil”, dijo Jaldo sobre el ajuste aplicado por el Presidente.
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Mientras varios integrantes de su gabinete analizan el contenido del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) con el que el presidente, Javier Milei, quiere bajar el déficit fiscal, el gobernador, Osvaldo Jaldo, aguarda que la Nación anuncie más medidas que involucran directamente al sector público.

Puntualmente, el mandatario tucumano espera que Milei eleve al Congreso Nacional el proyecto de ley que revierte la situación del impuesto a las Ganancias y que implicaría la restitución de fondos de coparticipación. 

Asistencia Pública

Además, espera que, tras la cumbre con Milei, la Casa Rosada contribuya a refinanciar deudas provinciales asumidas con un Fondo Fiduciario Federal y que complica la situación financiera en 2024. Según las estimaciones oficiales, la reversión de esa medida significará la recuperación de unos $ 100.000 millones de ingresos coparticipables (el equivalente a dos planillas salariales netas mensuales de Tucumán) y la extensión en el plazo de pago de un compromiso ante la Nación estimado en unos $ 22.000 millones.

Movilidad

“No vamos a coparticipar el Impuesto al Cheque; eso está fuera de discusión. Ir para atrás con Ganancias es la solución que permite que las provincias puedan reencauzar sus cuentas”, dijo Milei que se debate entre el apoyo de asociaciones empresariales al megadecreto, que ya fue resistido en la Justicia, y las movilizaciones promovidas por la CGT para el próximo miércoles, en reclamo del plan de ajuste.

Priorizar la gestión

Jaldo traza una línea divisoria entre las necesidades institucionales y las pertenencias políticas. Las medidas de ajuste instrumentadas por el presidente Javier Milei lo ponen en una situación complicada: decidir si prioriza la gestión con concesiones financieras nacionales o resistir las medidas impulsadas por la Casa Rosada.

El martes, tras la cumbre de Milei con los gobernadores, Jaldo ha dado una muestra de que no está dispuesto a hipotecar el futuro de su administración. Marcó diferencias respecto del pronunciamiento que su par de Buenos Aires, Axel Kicillof, atribuyó a la liga de mandatarios peronistas respecto de la redistribución del impuesto al Cheque como compensación para sostener la quita de Ganancias para la cuarta categoría de trabajadores. “No vamos a coparticipar el impuesto al cheque, de ninguna manera”, dijo ayer tajantemente Milei.

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En medio de esta puja, Jaldo tuvo que mantener su postura, la misma que le remarcó al ministro del Interior, Guillermo Francos, cuando éste le consultó si había firmado la proclama justicialista. Pero no sólo Jaldo desestimó un documento que, según algunos de sus colaboradores, estaba redactado antes de la cita en la Rosada. El catamarqueño Raúl Jalil también se diferenció y, en esa línea también se inscribiría el salteño Gustavo Sáenz. “No soy un talibán”, esgrimió Jaldo cuando le preguntaron acerca de las razones que lo impulsaron a no seguirle el juego al bonaerense. Kicillof está dispuesto a convertirse en la cara visible de la oposición peronista a Milei. Ganancias no fue el único motivo de enfrentamiento con el tucumano. Jaldo tampoco acepta la amenaza de emitir cuasimonedas en caso de que falte financiamiento federal (“no estoy dispuesto a retroceder 20 años”, argumenta). Pero hay otra razón de mayor peso: Kicillof sigue capitalizando los subsidios al transporte de pasajeros. El 80% del Fondo Compensador y Compensaciones tarifarias sigue concentrándose en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El tucumano espera que el economista libertario cumpla con su palabra de reasignar esos recursos y que el ministro de Economía, Luis Caputo, defina un nuevo esquema para terminar con las asimetrías existentes con el interior, tal como lo enunció al presentar el plan de estabilización económica. Entre enero y septiembre, el AMBA se quedó con $ 226.183 millones de los subsidios nacionales. Córdoba recibió el 4% del total (unos $ 11.000 millones), mientras que Santa Fe, Tucumán, Salta y la provincia de Buenos Aires (excluyendo partidos del Gran Buenos Aires) captaron montos por encima de los $ 4.000 millones. El reparto para el resto del país ha sido marginal, según el reporte de Politikon Chaco.

Tucumán necesita fondos. La reversión de Ganancias puede significarle la restitución de recursos equivalentes a dos planillas salariales netas mensuales. Jaldo habla de alrededor de $ 100.000 millones para todo 2024. Todavía resta saber qué sucederá con la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) que pone en juego una bolsa de casi $ 20.000 millones para el año que viene. “En medio de tanta sequía financiera y con el anuncio de Milei de que no hay plata, tengo que ver los mecanismos para recuperar fondos”, remarca el mandatario provincial. Sin embargo, todo eso está supeditado al comportamiento de los parlamentarios nacionales. La Nación viene negociando con los gobernadores, pero a cambio reclama que haya acompañamiento de diputados y de senadores al megadecreto y a los proyectos de ley que se elevarán en los próximos días. De los nueve diputados, cinco de ellos peronistas, Jaldo cree que puede contar con tres: Gladys Medina, Agustín Fernández y Elia Fernández de Mansilla. Carlos Cisneros se pronunció que no aceptará la reversión de Ganancias como lo definió La Bancaria, mientras que el gobernador no habló aún con Pablo Yedlin. Los otros cuatro responden a Milei (Gerardo Huesen) y a Juntos por el Cambio (Mariano Campero, Paula Omodeo y Roberto Sánchez). En el Senado, Jaldo cuenta con el respaldo de Sandra Mendoza; no habló con Juan Manzur y tampoco sabe qué hará Beatriz Ávila.

Jaldo necesita previsibilidad para los próximos cuatro años. Con un signo político diferente al de la Casa Rosada, el gobernador no quiere repetir la experiencia de 2015-2019, cuando Mauricio Macri no tenía sintonía con el gobierno tucumano. Hoy prioriza lo institucional, mañana será el tiempo de la política, afirma.

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