Existe una feroz pelea que puede causarle un daño severo a la gestión de Milei. Con la Ley Ómnibus caída y un Pacto recién programado para fines de mayo, el principal programa de Gobierno es el DNU 70/2023 que desreguló la economía, y que acaba de rechazar el Senado. A pesar de ese revés en la cámara alta, la norma está vigente, salvo en la cuestión laboral, frenada por la Cámara Judicial de ese fuero y con destino también para que lo resuelva la Corte.
De ahí la preocupación de Milei por sostenerlo. En el comunicado del miércoles por la noche, el Gobierno dice entre otras cosas: “El potencial rechazo del DNU, que actualmente se encuentra próximo a una definición de la Corte Suprema de Justicia, conllevaría un grave retroceso en los derechos y necesidades del pueblo argentino”. Enseguida da como ejemplo la derogación de la ley de Alquileres, acaso el principal logro que intenta vender la Rosada:
Con la desregulación y esa norma caída, aseguran que aumentó la oferta y bajaron los precios de los inmuebles. Más allá de las evaluaciones sobre la efectividad del DNU, no parece tan claro que el decreto “se encuentre próximo a una definición de la Corte”, como presiona Milei. La presentación del gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, se hizo a fines de diciembre y el tribunal no creyó necesario tratar el caso durante la feria judicial.
A fines de enero, en un fallo no vinculante, el procurador Eduardo Casal opinó lo previsible: que al tratarse de una disputa entre una provincia y la Nación, corresponde que la Corte intervenga en el caso. Este martes, en su discurso ante la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (Amcham), el presidente de Corte, Horacio Rosatti, insistió con la necesidad de evitar (o no abusar) la judicialización de la política.
Ayer jueves, el Senado votó el rechazo al DNU, una situación prevista en la ley. ¿Por qué se apresuraría la Corte a fallar si, en definitiva, los legisladores están cumpliendo con su mandato? La complejidad para el Presidente es que el partido, tarde o temprano, se terminará definiendo en el escenario que más lo incomoda: la política.
El súper decreto, con letra de Federico Sturzenegger y en particular de tres de los estudios de abogados más importantes del país, ya está siendo aprovechado por muchos actores económicos. Pero sin el sustento del Congreso y normas centrales como preveía la Ley Ómnibus, no parece suficiente para generar el cambio que propone el propio Milei.
