En un claro hecho de arbitrariedad de parte de la Justicia local, la Corte Suprema le impidió a Alejandra Martínez el ingreso a Tribunales. El lamentable hecho quedó debidamente asentado en actas por parte de la escribana pública Ana Gabriela Delloca, quien se desempeña como titular del registro número 115 de esta provincia.
Fue ella quien se trasladó hasta el acceso del Palacio de Tribunales donde se entrevistó con Martínez, quien actúa en su carácter de candidata a secretaria general de la Unión de Empleados de Justicia de la Nación seccional 5. Cabe mencionar que quien la acompañaba era el Dr. Gustavo Morales.
El relato de Martínez señala que aproximadamente 20 minutos antes de que se hiciera presente la escribana, intentó ingresar por la puerta de acceso mencionado al interior de los Tribunales, pero que un hombre apostado en el mismo y que pertenece a la Policía de la provincia sorpresivamente no se lo permitió.
La escribana dejó asentado en actas que Martínez manifestó “que por orden de la presidencia de la Corte y de superintendencia de la Corte, no tiene permitido el acceso a los tribunales la señora Alejandra Martínez Romero ni la señora Solange de Santis”. Se trata de la hija de la mujer que denunció a Daniel Estofán por acoso sexual.
Acto seguido, la escribana se acercó al oficial con el objetivo de entrevistarse con él para solicitarle que ratifique lo que Martínez le acababa de contar. Es por ello que, a escasos minutos de cumplirse el mediodía de ayer viernes, la escribana habla con el policía que se identifica como Christian Chávez y asegura ser sargento de la Policía de Tucumán y ratifica todo lo expuesto por Martínez.
Por su parte, el Dr. Morales manifestó que se le expresó al sargento Chávez la necesidad de que baje el titular de la Corte, así como también la secretaria María Gabriela Blanco con el fin de que esta última exhiba la orden escrita de prohibición del acceso a los Tribunales que pesa sobre la candidata a secretaria general de la Unión de Empleados de Justicia de la Nación seccional 5, también fue ratificado por el policía Chávez y dos testigos que se encontraban en el lugar, narra el acta de la escribana.
