Vacunación Dengue

La desidia del Estado en el caso Érica

Todo estuvo mal realizado desde el comienzo, cuando la pequeña se encontraba alojada en la Sala Cuna, donde había encontrado afecto y protección. “Allí recuperó peso y, después de mucho tiempo, volvió a sonreír porque jugaba con los otros niños”, expresó una colaboradora de la institución...Este hecho ya tomó repercusión nacional y desnudó la falencia de un Estado, cuyos sistemas de control fallaron.

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Las crónicas periodísticas dirán que se trató de un caso más de violencia doméstica, de crueldad contra los niños. Pero poco se hablará de la responsabilidad del Estado que, por ausente, trajo al presente una de las cosas más notables en nuestra provincia. La cosa pública es un elefante enorme pero torpe, lleno de funcionarios y empleados públicos pero que no saben, no pueden o no quieren actuar para modificar el destino de la provincia.

La Justicia descubría en paralelo que, así como los abuelos de la niña son culpables de su muerte, también que las autoridades gubernamentales no controlaron como debían el destino de la víctima. Por esta razón, juzgarán a los familiares de Érica, pero además, investigarán a los funcionarios. Todo estuvo mal realizado desde el comienzo, cuando la pequeña se encontraba alojada en la Sala Cuna, donde había encontrado afecto y protección.

Asistencia Pública

“Allí recuperó peso y, después de mucho tiempo, volvió a sonreír porque jugaba con los otros niños”, expresó una colaboradora de la institución. Fue entonces que el abuelo materno se presentaba en Sala Cuna para visitar a sus nietas y los profesionales de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinayf) le propusieron al hombre que se hiciera cargo de las tres hermanitas y éste finalmente aceptó.

Movilidad

Pero Érica ni conocía a este hombre ni se había encariñado. Para colmo, quedaba al cuidado de una mujer (pareja de su abuelo) que no era su familia y que la obligaba a ir a mendigar con sus tíos. Y fue quien, a la postre, le habría fracturado el cráneo de un golpe con un objeto contundente. Este hecho ya tomó repercusión nacional y desnudó la falencia de un Estado, cuyos sistemas de control fallaron.

[su_note note_color=”#0A8C06″ text_color=”#ffffff” radius=”10″ class=””]La primera falla fue que el propio Estado no cumplió con las normas que quienes trabajan en el Dinayf deben realizar un informe socioambiental del lugar donde vivirán los menores. Así también, deben realizar una evaluación psicológica de los mayores que estarán a su cargo antes de que se les brinde la custodia. Pero luego, es el Poder Judicial el que falló cuando el expediente fue apoyado por una defensora de Menores cuyo nombre no trascendió todavía.[/su_note]

Mientras que el juez de Familia II, Víctor Raúl Carlos, aceptó la propuesta luego de estudiar los informes favorables que le presentaron. Una de dos: los informes no se realizaron o fueron falsos, porque claramente no reflejaron la situación real de lo que acontecía. ¿Quiénes confeccionaron estos informes? ¿La gente de Dinayf? Otra deficiencia fue ignorar que el abuelo tenía una causa por violencia de género en contra de su actual pareja.

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Pero, a su vez, la abuelastra también fue denunciada por maltrato infantil y la Justicia decidió, con una medida cautelar, quitarle a la pareja la tenencia de una de sus hijas. Cuando, tiempo después, el abuelo de Érica, de 43 años, se presentó para solicitar la guarda legal de las pequeñas, el magistrado Víctor Raúl Carlos rechazó el planteo alegando que el hombre y su pareja, de 39 años, hacían ejercer la mendicidad a la niña, a sus hermanas y a sus cuatro tíos.

Esto significa que tanto la Dinayf como la Justicia estaban al tanto del caso pero jamás hicieron nada al respecto. Tras la muerte de la niña, la autopsia reveló que presentaba lesiones de larga data que las venía padeciendo. Situación que tampoco fue advertida por las personas que debían controlar a la pequeña. La fiscala que estudia el caso, Adriana Giannoni, constató que los vecinos denunciaron los castigos que sufría Érica. También confirmó que la Dinayf no actuó pese a haber respondido que lo haría. Por esta razón, la fiscala no descarta solicitar que se realice una investigación por incumplimiento de los deberes de funcionario público. Quedó al descubierto, una vez más, que el Estado tucumano, tanto a nivel gubernamental, legislativo y judicial, no es más que un elefante grande y torpe que es responsable de la muerte de una criatura de 3 años por desidia y falta de acción.


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