El extravío se apodera de la clase política que intenta dar manotazos de ahogado a la hora de intentar solucionar temas complejos. Tal es el caso del control policial, algo que en este año ha quedado sobremanera expuesto con los actos criminales que cometieron efectivos policiales representantes de la seguridad provincial. Ahora, los legisladores crearon una línea gratuita para realizar denuncias anónimas contra policías y guardia cárceles.
La pregunta que es necesario hacerse es ¿Quiénes podrán animarse a realizar estas llamadas? ¿Quién podrá asegurarle al ciudadano que, efectivamente, su identidad quedará protegida a la hora de realizar estas denuncias? Evidentemente, esto es algo que legisladores oficialistas y opositores no pensaron a la hora de sancionar el proyecto tratado hoy. Se trata de una medida parecida a la que, como se describió en este medio ayer, intenta controlar algo que les es incontrolable.
Esta medida va en la misma orientación que la idea de implementar un departamento de asuntos internos para intentar que no se repitan sucesos desgraciados como los de Luis Espinosa y de Ceferino Nadal. La creación de la línea telefónica gratuita será dentro del ámbito del Ministerio Público Fiscal y apuntará a intentar controlar las acciones de los integrantes de la Policía de Tucumán y, también, de los miembros del servicio penitenciario de la provincia.
Pero, como puede verse, se trata de medidas que no apuntan a resolver el problema de fondo que es el de la inseguridad en Tucumán. La cual, como hemos mencionado desde hace tiempo en Tucumán Despierta, se trata de la otra pandemia, la que mata a más personas que el mismísimo coronavirus. El fenómeno de los hechos delictivos ha ido en aumento desde que comenzó a flexibilizarse la cuarentena y es algo que no solamente pasa aquí, sino también a nivel nacional.
Desde los medios nacionales, nos llegan todos los días noticias sobre hechos delictivos contra la propiedad privada que terminan con alguna muerte. La pregunta pasa por saber cuánto tiempo falta para que en Tucumán se den episodios como el de Quilmes, en donde un jubilado de 71 años mató a uno de los ladrones que ingresaron a su vivienda. Más teniendo en cuenta que la pandemia dejará una situación económica devastada.
El problema es que Tucumán, previo a la llegada del coronavirus, ya estaba sufriendo el flagelo de la inseguridad. Esto significa que cuando todo esto pase estaremos ante una situación todavía más complicada y para afrontarla contamos con los mismos funcionarios públicos ineficientes de siempre. En ese marco, el ministro de Seguridad, Claudio Maley, permanece firme en su cargo y la oposición no logró con declaraciones altisonantes, siquiera, ponerlo en duda. Ayer pudo observarse a legisladores tanto, oficialistas como opositores, intercambiarse felicitaciones entre ellos luego de que se aprobara la ley que creó la línea gratuita para denunciar de forma anónima a policías y guardia cárceles. Sin embargo, deberían darse por anoticiados de que una ley como ésta no cambiará la cuestión de fondo por la que piden los ciudadanos tucumanos. Es decir, el combate en serio a la inseguridad de todos los días.
