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“La Patria es el otro”…la HIPOCRESÍA KIRCHNERISTA

Alberto Fernández abre las sesiones ordinarias del Congreso

alberto fernández en el congreso
Presidente Alberto Fernández en el Congreso | Foto: El País
Descacharreo

“La Patria es el otro” nos repiten hasta el hartazgo las voces del populismo gobernante en alusión a la igualdad de los derechos, a una sociedad sin privilegios, a una sociedad integrada y solidaria. Hoy el destape de la vacunación vip que lleva adelante el oficialismo nos da respuesta a la frase acuñada por Cristina Kirchner, en realidad “el otro” es el amigo del poder, el alcahuete, el seguidor incondicional del gobierno.

Hoy son quienes están primeros en las filas de vacunación, quienes reciben los beneficios de un gobierno impregnado por la típica avivada criolla, haciendo volar por los aires la igualdad y la solidaridad que debe primar en toda república. Es una inmoralidad que con más de 51.000 muertos haya preferencias políticas y personales al momento de llevar adelante el plan de vacunación, un hecho que genera bronca, impotencia, pero por sobre todas las cosas vergüenza.

Fumigación y Limpieza

La sociedad argentina, durante el último año, debió enterrar a más de 50 mil compatriotas, que murieron bajo los efectos del coronavirus. Es una sociedad, como tantas otras en el mundo, atravesada por el dolor, la incertidumbre y la pobreza. Durante largos meses debió encerrarse en sus casas para protegerse. Los niños perdieron un año lectivo. Muchos profesionales de la salud arriesgaron su vida diariamente en las salas de terapia intensiva.

Movilidad Urbana

En todo este recorrido, hay un clásico presidencial. Alberto Fernández suele decir una cosa y la contraria para tratar de conformar a distintos sectores de su audiencia. Por un lado, fue un hecho deplorable que merece la renuncia de un ministro clave. Pero, por el otro, hay escarnio mediático y la culpa no la tiene el Gobierno sino los medios de comunicación y la Justicia que no debe investigar el escándalo sino la corrupción de Macri.

Ese vaivén es el método del presidente. En el contexto del robo de vacunas ese método muestra a un líder que, en el mejor de los casos, exhibe una escala de valores incomprensible y volátil. Durante la semana, el Gobierno, además, intentó tapar el escándalo con una campaña sucia en contra de Horacio Rodríguez Larreta, por haber incorporado a empresas de medicina prepaga y obras sociales en la aplicación de las vacunas.

Esa campaña en contra del Jefe de Gobierno porteño incluyó una muy oportuna denuncia judicial y un despliegue masivo y simultáneo de trolls en las redes sociales. En la denuncia, al menos hasta ahora, no aparece un solo caso de vacunación indebida. Sin embargo, se produjeron tres: el de Hugo Moyano, el sindicalista amigo del Presidente, su esposa y su hijo. Más política menor en el marco de un escándalo espantoso.

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Hoy al mediodía, Fernández no improvisará: leerá su discurso en la apertura de las sesiones ordinarias. ¿Será el Presidente que defiende la escala de valores que puso en marcha cuando reaccionó ante el escándalo? ¿O el otro, el que intenta que la sociedad se enrede en discusiones que no son las importantes, sobre los medios, la Justicia y la oposición para intentar que se olvide un episodio de ostensible degradación?

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