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La radio, de luto: el homenaje de los colegas por la muerte de Osvaldo Masini

Reconocida voz de LV12, falleció ayer a los 76 años tras una larga trayectoria.

Descacharreo

“Yo nací para ser locutor”, afirmó hace dos años Osvaldo Masini (foto), entrevistado por el programa “A las 7”. En ese momento llevaba seis décadas en las radios tucumanas y ya era un emblema de la profesión, desplegando la magia de ser una voz sin rostro que lograba intimar con los oyentes día a día.

Masini falleció ayer a los 76 años y sus restos serán inhumados hoy en el cementerio San Agustín. Había comenzado a trabajar a los 15 años y nunca se alejó de los micrófonos. Si bien era propiedad de la radiofonía de la provincia en general, su pertenencia estaba ligada a LV12 Radio Independencia, luego de haber pasado por Splendid, Nacional y LV7. También condujo por muchos años importantes ceremonias, como la Expo Tucumán, certámenes de belleza y actos empresariales y fue la cara de “La caja número 10”, por Canal 10.

Fumigación y Limpieza

En LV12 lo conoció Tina Gardella, quien ayer lo despidió en diálogo con LA GACETA. “Cuando ingresé, Osvaldo era el jefe de locutores. Como era nueva y venía de Concepción, me aconsejaba y contextualizaba mi trabajo. Era muy estricto con el uso del lenguaje y un gran conocedor de los géneros musicales. Conducimos ‘Muy buenas mañanas’, un típico programa de la mañana de las AM, en el que desplegaba todo lo que se le pide a un profesional: entretenimiento, información y opinión. Fue una época donde esa figura estaba más definida, era más artística que periodística. Sin lugar a dudas, fue uno de los grandes referentes y hacedores tucumanos”, lo evoca.

Movilidad Urbana

Carlos Diez reivindica el profesionalismo y respeto por las normas que imponía Masini. “Para muchos de nosotros significó el cómo se deben hacer las cosas desde el arte de la profesión. Con él reinaba la ortodoxia y los parámetros clásicos de la radio, con un trabajo prolijo del locutor y de sus incumbencias. Muchas cosas eran con libreto y con tandas en vivo que se leían de una carpeta, con temas elegidos por un discotecario, en una época muy distinta a la actual. Nunca hubo un fuera de lugar en cómo hacía las cosas”, destaca.

“La radio sigue siendo la misma. De la ilusión, de la imaginación”, dijo Masini en la nota por televisión. Para lograrlo, siempre dependió de los locutores, esa raza que Osvaldo representó cabalmente.

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