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Los lujos de Sabrina Pasarín, la hija de un narco que mató dos veces al volante

La joven que chocó y mató a Rodrigo Carrizo fue interceptada por la Policía, se negó al control vehicular y agredió a dos efectivos, aparentemente alcoholizada.
Descacharreo

En pareja con un preso por secuestro, la joven de 21 años se ve implicada en el caso de su padre, detenido por traficar cocaína. Está detenida tras el segundo accidente que ocurrió la semana pasada.

Belleza, juventud e impunidad, un cóctel peligroso que encaja perfecto en Sabrina Araceli Pasarín, una joven tucumana de solo 21 años que carga sobre sus espaldas dos muertes en accidentes de tránsito durante los últimos 8 años. La primera de ellas nunca fue esclarecida porque misteriosamente, según la familia de la víctima, se borraron pruebas. Se habla, por otra parte, de cosas más desagradables: nexos con el narcotráfico, su padre preso por contrabando de cocaína y un novio presuntamente secuestrador.

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En abril de 2018, la División Antidrogas de la Policía Federal en Tucumán, detuvo a un hombre que transportaba 19 ladrillos de cocaína pegados a las ruedas de su automóvil: era Mario Alberto Pasarín, el padre de Sabrina. La Justicia lo acusó de ser el líder de una banda que comercializaba droga desde Orán, Salta hasta San Miguel de Tucumán y fue procesado como el jefe de la organización: le encontraron armas, casi diez mil dólares y hasta el muñeco de un bebé relleno de billetes. Los operativos terminaron con 20 kilos de polvo incautados.

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Mario actualmente está detenido con prisión preventiva en el penal federal de Colonia Pinto a la espera del comienzo del juicio oral. Sabrina está investigada en la misma causa que su padre y la Justicia no descarta que pudo haber tenido alguna injerencia en el accionar de la banda. ¿De qué manera? Los investigadores encontraron varias propiedades y autos a nombre de la mujer. Sospechan que los bienes pudieron haber sido adquiridos con dinero proveniente de la venta de droga.

Este no fue el primer contacto que la joven tuvo con la Justicia. En septiembre del 2011, Sabrina pasó a buscar con su moto Honda XRL 125 a su amiga Lucía Nieto. Ambas tenían 14 años.

Esa noche las dos menores fueron a encontrarse con unos amigos a un plaza cercana. Cuando estaban volviendo, Sabrina perdió el control de la moto y cayeron. La conductora solamente sufrió algunos golpes pero Lucía se llevó la peor parte: su cabeza impactó de lleno contra un poste de luz y quedó herida de gravedad. La chica de solo 14 años moriría algunas horas después en un hospital de la zona.

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“Desde el principio pasaron cosas extrañas. Todas las pertenencias de mi hermana, incluido el celular, desaparecieron. Luego de la muerte mi mamá quiso recuperar la ropa y el teléfono pero nadie nos dio una explicación. Además, recuerdo que fue el propio Mario Pasarín el que nos vino a avisar que su hija y mi hermana habian sufrido un accidente. Cuando llegamos con mi papá al hospital, Sabrina estaba siendo llevada en ambulancia a un sanatorio privado por pedido de su padre”, recuerda Inés, la hermana mayor de Lucía, en dialogo con Infobae.

Los testigos que hablaban de una Sabrina alcoholizada nunca fueron llamados a declarar. A la chica no se le hizo el test correspondiente. La muerte de Lucia Nieto quedó impune y Sabrina Pasarín, a las pocas horas, estaba en su casa con su familia. Incluso, con los meses, las notificaciones que enviaba el juzgado nunca llegaban a la casa de los Nieto. “Se perdían en el camino”, dice con bronca Ines.

“Sabrina es muy parecida a su papá. Hacen lo que quieren. Pretenden llevarse el mundo por delante. Ella no tiene límites. De chiquita siempre fue muy rebelde y a medida que fue creciendo se puso peor. Le gusta tomar mucho y siempre alardea de que si la paran no le van a hacer nada”, cuenta una amiga que pidió reserva del nombre.

El vínculo con el narcotráfico y la delincuencia no terminó en la causa de su padre ni en la muerte de su amiga. Sabrina tuvo una relación con Facundo “Monito” Ale, hijo de Ángel “Mono” Ale, hermano de Rubén, “La Chancha”, históricamente acusados por Susana Trimarco de haber secuestrado a su hija Marita Verón, los jefes de la organización delictiva más poderosa del interior del país, con negocios que llegaron hasta el fútbol y el poder político, condenados en diciembre de 2017 por lavado de activos, en un juicio en que intervino la UIF y la PROCELAC. El aporte de la UIF en la causa fue clave, con un extenso informe que reveló la dimensión de la fortuna y el patrimonio de los Ale. El número final fue sorprendente: casi 40 millones de pesos en maniobras financieras, con una larga lista de propiedades, más de 100 vehículos entre autos y camiones y 72 armas de fuego valuadas en más de 400 mil pesos.

A fines del año pasado, Ale hijo fue detenido acusado de abuso sexual. La relación había terminado varios meses antes.

Sabrina suele viajar semanalmente a Santiago del Estero para visitar a su padre. Le lleva comida y cigarrillos. Pero en los últimos meses debió repartir su tiempo con otro penal. Es que, desde el año pasado está en pareja con Victor “Pipa” Robles, detenido y acusado de secuestrar a Margarita Toro, una supuesta líder narco de la Villa 9 de julio.

Según fuentes del Servicio Penitenciario Tucumano, Pasarín lo va a visitar regularmente para llevarle comida y estar con él. Antes de que Robles quede detenido la pareja había pasado unos días en una playa de Brasil.

Hace pocas semanas, Sabrina le dedicó un posteo en Facebook a su novio: “Te amo tanto. Ojalá siempre la vida nos encuentre así. Dios aprieta pero no ahorca, mi amor. Aparte de todo, estás más fuerte que nunca, le guste a quien le guste, vos sos así. Yo estaré aquí con vos al pie del cañón en las malas mucho más. ¡Te amo chanchón!”.

El pasado jueves, Sabrina protagonizó un nuevo accidente que derivó en otra muerte. A las 6 de la mañana, la joven conducía su camioneta Chevrolet S10 color blanco cuando, según la investigación, pasó en rojo y embistió de lleno el Corsa Classic en el que viajaba Rodrigo Alejandro Carrizo. El hombre de 31 años fue despedido del vehículo y murió en el acto.

En este caso sí declararon testigos en la Justicia. La fiscal Adriana Giannoni recibió testimonios que aseguran que Pasarín venía corriendo picadas con otro auto al momento del accidente. Hasta ahora no se pudo identificar al otro supuesto corredor. A diferencia del hecho ocurrido ocho años atrás, esta vez sí le administraron un test de alcoholemia: dio positivo. Es por esto que la fiscal pidió su aprehensión. Desde ese momento se encuentra detenida en una celda de la secciónal 1 de San Miguel de Tucumán.

Pasarín lleva detenida cinco días y recibió la visita de la mayoría de sus familiares. Un abogado particular estaría por presentar un pedido de prisión domiciliaria poniendo como excusa que la mujer tiene una hija de 5 años que nadie puede cuidar excepto ella.

A lo largo del último, su padre -registrado en la AFIP en el rubro de saneamiento- intentó beneficiar su situación con pedidos de prisión domiciliaria y hábeas corpus que no prosperaron y fueron sistemáticamente denegados. Información comercial y previsional con respecto a Sabrina revela que, a pesar de sus lujos como una camioneta importada o un viaje a Brasil, la joven cobra la Asignación Universal por Hijo.

En paralelo, la fiscal Giannoni solicitó a la jueza que confirme la prisión preventiva. Todavía no hay una resolución al respecto. En los pasillos de los tribunales tucumanos las dudas sobre la decisión son muchas. Los antecedentes no son prometedores.

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