La rauda remoción de Francisco Augusto Navarro como secretario de Articulación Territorial y Desarrollo Local del Ministerio de Desarrollo Social provocó un alto impacto político, numerosos interrogantes dentro del justicialismo y un sinfín de opiniones, a favor y en contra. Sin embargo, el intenso ruido que causó la determinación que tomó el martes Osvaldo Jaldo, tras la viralización de una foto en Cancún, no se tradujo en declaraciones a la prensa.
La dirigencia optó por la cautela -o directamente el silencio- y manejar con pinzas el tema para no entorpecer la relación pública del gobernador interino con el jefe de Gabinete Juan Manzur. Fuera de micrófono, no obstante, dirigentes de ambos sectores aportaron miradas dispares sobre lo sucedido y sobre los modos. ¿Cuánto puede afectar a la relación lo ocurrido? Se supo que Jaldo y Manzur dialogaron en la mañana de ayer por teléfono.
Y que, según hicieron trascender, los ánimos no estaban caldeados. Lo que difiere, de acuerdo con quién se hable, es si hubo una comunicación previa a la firma del Decreto 200/1, que dio de baja el nombramiento de Navarro (databa del 4 de diciembre de 2017). Quienes son cercanos al tranqueño aseguran que fue una decisión inconsulta, que no le cayó bien a Manzur y que provocó un profundo malestar al ministro Gabriel Yedlin (de licencia por cuestiones familiares).
En el entorno del funcionario nacional, en tanto, sostienen que la consulta sí existió, pero coincidieron en que no se le dio aviso a Yedlin. Y es que mientras no haya coordinación, la tirantez va a seguir. ¿Sucesor definido? Hay quienes afirmaron que, incluso, en la conversación de ayer no sólo se aclararon los tantos, sino que se comenzó a trabajar en definir un reemplazante e intercambiaron algunos nombres.
“Quedó avanzado”, aseguraron. Incluso, adelantaron que hoy se terminaría de acordar y hasta se podría anunciar al sucesor de Navarro. Una sola cosa se precisó: no será un dirigente del riñón del tranqueño (a pesar de que sonaron varios), para evitar interferencias hacia los mandos bajos. “No fue una avanzada política”, afirmaron. Entonces, ¿Por qué la desvinculación se dio con tanto ruido? Hay versiones dispares al respecto.
Quienes tienen mejor sintonía con Manzur consideran que fue demasiado castigo para Navarro, dado que fue un viaje familiar, planificado y con licencia autorizada por decreto en diciembre. A su vez, aseguraron que el Ministerio de Desarrollo Social nunca dejó de funcionar y que quedó un equipo trabajando para asistir a quienes fueron afectados por las inundaciones. “No sé si será un resabio de la interna, pero no cierra. Creo que fue algo personal”, dijo un dirigente.
La mirada del otro sector entiende que hay un claro mensaje hacia abajo. Que lo que ocurrió fue una falta de respeto porque si el titular de una oficina está ausente, el segundo debe mantenerse al frente, especialmente en meses críticos donde todos los años hay inundaciones. En definitiva, lo que está claro es que el tablero político tuvo un sacudón. Hay que ver ahora cómo se acomodan las piezas.