Los cruces internos del Frente de Todos quedaron en evidencia luego del gravísimo ataque al despacho de la vicepresidenta Cristina Kirchner el jueves último. Supuestos manifestantes atacaron a pedradas las ventanas de la expresidenta cuando se trataba el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en la Cámara baja.
Luego de cuatro días sin pronunciamientos por parte del presidente Alberto Fernández y las críticas de La Cámpora, el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, rompió el silencio: “Quiero traer mi profunda preocupación y rechazo a los hechos de violencia ocurridos aquí mismo el jueves pasado en este honorable Senado de la Nación, que han afectado directamente a la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner”.
Manzur fue enérgico y remarcó: “La violencia de ningún modo y de ningún tipo puede ser aceptada como un modo de acción cuando en la Argentina se vive y se respira una rica democracia, que permite la más amplia y profunda discusión sobre cada una de las iniciativas de cada uno de los espacios políticos”.
“Por eso, en nombre del Gobierno Nacional, expresar nuestro profundo rechazo a toda violencia como la suscitada aquí”, subrayó el titular de ministros, a quien se le sumó el ministro de Economía, Martín Guzmán: “Quiero sumarme y repudiar el acto de agresión a las oficinas de la vicepresidenta de la Nación”.
La palabra de Manzur y de Guzmán intenta calmar los ánimos luego de que el referente de La Cámpora, Cuervo Larroque, advirtiera sobre el silencio del Poder Ejecutivo en relación a los incidentes en las inmediaciones del Congreso, y tras que la vicepresidenta expresara en sus redes sociales que se trató de un ataque planificado, algo en lo que coincidió el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.