En el seno del Gobierno siguen los coletazos por el recambio en la Jefatura de Gabinete y hay alta expectativa por nuevas modificaciones en el organigrama nacional. Los cambios aguardan las definiciones de Javier Milei. El Presidente dejó poco tiempo para resolver cuestiones domésticas entre su viaje a los Estados Unidos y sus viajes a Europa de los próximos días.
Milei tenía previsto hoy visitar el Centro Islámico de Palermo (un acto que no llegó a estar en la agenda oficial) pero sobre la marcha suspendió la actividad y se dirigió a la Casa Rosada. Fuentes oficiales no quisieron brindar los motivos, pero trascendió informalmente que Milei habría cambiado de opinión por un malentendido con la embajada de Palestina, dado que el Presidente no habría querido coincidir con los representantes diplomáticos de ese país.
Pese a que se encontraba en el edificio, Milei tampoco participó del tradicional ágape por el Día del Periodista que se organizó en el Salón de Malvinas. Fue costumbre de los últimos jefes de Estado formar parte de esa celebración, con excepción de la pandemia.
Desde la Presidencia señalaron que Milei estaba “trabajando” y “ocupado”. Y agregaron que ya había estado en contacto con la prensa acreditada el martes, cuando se hizo presente sorpresivamente en la sala de conferencias que utiliza el vocero Manuel Adorni para responder preguntas.
Cambios
Los funcionarios de la Casa Rosada siguen con un sinfín de reuniones para determinar quiénes se harán cargo de las funciones que hasta ahora controlaba el equipo de Nicolás Posse. A esta altura, comienza a descartarse que el eyectado jefe de Gabinete asuma un nuevo rol en el Gobierno, como él mismo había anunciado.
Por lo pronto, el Presidente debe resolver qué lugar le dará a Federico Sturzenegger, luego de que él mismo anunciara su incorporación al gabinete. Pese a que se había especulado con la creación de un nuevo “ministerio de modernización”, altas fuentes de la Casa Rosada hoy deslizaron que lo más probable es que el economista “coloso” (como lo llama Milei) tenga una secretaría de Estado que dependa directamente de la Presidencia, en lugar de una nueva cartera.
“Todavía están definiendo el rango que tendrá Sturzenneger, sus atribuciones y desde cuándo entra en funciones”, señaló un funcionario a LA NACION. En el Gobierno señalan que Sturzenegger viene teniendo reuniones con distintos funcionarios del Gobierno para delimitar sus funciones -en las últimas horas tuvo un encuentro con Luis “Toto” Caputo- pero que todavía no se encontró con Milei para confirmar qué alcance va a tener su lugar.
El economista estaría pidiendo tener más áreas a su cargo, pero no conseguiría cambiar la distribución interna del poder que se comenzó a diseñar tras la salida de Posse. En principio, la nueva “Unidad Ejecutora” a cargo de las empresas públicas quedó a cargo de Diego Chaher, que responde a Santiago Caputo. Milei quiere asignarle a Sturzenegger una cartera dedicada únicamente a la modernización y la desregulación, pero no quiere entregarle las empresas públicas ni recortar atribuciones a Luis “Toto” Caputo.
Respecto a la Jefatura de Gabinete, Francos aún debe decidir qué secretarías sostendrá bajo su órbita y cuáles de los funcionarios que llegaron de la mano de Posse, continuarán. Ayer renunció el secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Alejandro Cosentino y hay serias dudas sobre la continuidad del secretario de Estrategia Nacional, Jorge Antelo, que supo ser un poderoso colaborador de Posse. También debe definirse el futuro del secretario de Relaciones Parlamentarias, Omar De Marchi, un referente de Pro que llegó por su buena sintonía con Milei pero que nunca terminó de integrarse a las negociaciones políticas por la Ley Bases.
En el Gobierno, en tanto, intentan hacer un control de daños por los sucesivos cambios en el Ministerio de Capital Humano, que ayer sumaron otra tanda de renuncias en la secretaría de Educación. Pese a los rumores, los funcionarios siguen exhibiendo apoyo a la ministra Sandra Pettovello. “Ella esta molesta por los excesos de la Justicia pidiendo acciones del ministerio y las denuncias que han radicado en su contra. Pero esta convencida de lo que hizo en su gestión”, dijo un alto funcionario en relación al momento que está pasando la funcionaria más protegida por el Presidente.
Lo otro que debe terminar de diseñar el Gobierno es el nuevo circuito de firmas de decretos y resoluciones. Con Posse, las resoluciones ministeriales eran definidas por las carteras, estudiadas desde lo jurídico por la secretaría Legal y Técnica y luego pasaban al área de la Jefatura de Gabinete, donde tenían una nueva revisión técnica y política. Francos definió que no hará un segundo chequeo de las normativas y que desligará responsabilidades en las áreas subordinadas para que las medidas se promulguen de forma más expeditiva.
Respecto a los decretos que llevan la firma del Presidente, fuentes de Balcarce 50 señalaron que todavía falta definir el circuito, sin el rol de Posse y su equipo legal como “controller”.