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Masiva protesta mundial contra el cambio climático: tres claves para entender un problema global y urgente

Cientos de miles de personas participan de más de 5.000 marchas en todo el planeta para reclamar medidas para frenar el calentamiento global. La ONU advierte que estamos en un momento decisivo.

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“Desde pautas meteorológicas cambiantes, que amenazan la producción de alimentos, hasta el aumento del nivel del mar, que incrementa el riesgo de inundaciones catastróficas, los efectos del cambio climáticoson de alcance mundial y de una escala sin precedentes. Si no se toman medidas drásticas desde hoy, será más difícil y costoso adaptarse a estos efectos en el futuro”, consigna un informe de las Naciones Unidas.

Sin dudas, es uno de los mayores problemas globales y cuesta incluso encontrar consenso en su reconocimiento por parte de los principales líderes del mundo. Pero aún cuando los intereses políticos y económicos juegan su rol en el debate, el cambio climático es una realidad y sus posibles consecuencias nos obligan a todos a comprender sus posibles efectos y a saber qué se puede hacer para mitigarlo.

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TN.com.ar consultó a dos expertos. Aquí, las respuestas a tres preguntas fundamentales sobre el cambio climático y sus consecuencias:

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1. ¿Qué es y cómo nos afecta el cambio climático?

Se trata de cambios en las variables atmosféricas proyectadas a futuro que, más allá de las series historicas (es decir, de las variaciones naturales), van a generar un aumento en la intensidad y en la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos.

El calentamiento global es una de las consecuencias más claras del cambio climático. El informe de Naciones Unidas citado previamente indicó que de 1880 a 2012 la temperatura media mundial aumentó 0,85 grados centígrados y que los niveles de hielo y nieve disminuyeron al mismo tiempo en que aumentó el nivel del mar.

“De 1901 a 2010, el nivel medio mundial del mar ascendió 19 centímetros, ya que los océanos se expandieron debido al hielo derretido por el calentamiento. La extensión del hielo marino en el Ártico ha disminuido en cada década desde 1979, con una pérdida de 1,07 x 106 kilómetros cuadrados de hielo cada diez años”, reza el documento. Y agrega: “Existen pruebas alarmantes de que se pueden haber alcanzado o sobrepasado puntos de inflexión que darían lugar a cambios irreversibles en importantes ecosistemas y en el sistema climático del planeta”.

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Sobre las implicancias de estos datos, Carlos Gentile, secretario de Cambio Climático y Desarrollo Sustentable de la Nación, indica: “Lo que se proyecta es un calentamiento de todo el planeta. Se estima que va a aumentar entre 4 y 5 grados a 2100 y ahí entra el Acuerdo de París, que le pidió a todos los países que generen un compromiso para mitigar. Es decir: que la temperatura aumente menos”.

De no ser mitigado a tiempo, esto puede implicar la extinción de determinadas especies. También que desaparezcan zonas costeras y que haya inundaciones y sequías cada vez más severas, entre otros fenómenos. Como consecuencia, se plantean serios problemas para la producción de alimentos.

2. ¿Cuáles son las causas del cambio climático?

El aumento de la temperatura del planeta es provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad industrial del ser humano. Ellos son los que están provocando variaciones en el clima que de manera natural no se producirían.

La emisión de estos gases aumentó exponencialmente a partir de la Revolución Industrial, siendo el gas más abundante y que representa alrededor de dos tercios de todos los gases de efecto invernadero, el dióxido de carbono (CO2), como producto de la utilización -y quema- de combustibles fósiles.

“La Revolución Industrial permitió el aumento de la población y a esa población empezó a tener acceso a oportunidades. El plástico fue un gran invento pero nadie sabia a donde iba a llegar. El uso de combustibles también, pero otra vez: nadie sabia a donde iba a llegar. Todo fue en beneficio, pero ahora estamos viendo la consecuencia del uso abusivo. Recién ahora estamos pensando cómo hacer el cambio de paradigma para que sea sustentable”, agrega el documento.

Al respecto, Evgenia Alechine, doctora en Bioquímica y comunicadora científica, sostiene: “Si bien nuestro planeta ya se ha calentado y enfriado en otras ocasiones de forma natural, estos ciclos siempre habían sido mucho más lentos, necesitando millones de años. En la actualidad, el calentamiento global que esta causando el cambio climático, es decir, el aumento de la temperatura del planeta provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad industrial del ser humano, están provocando variaciones en el clima que de manera natural no se producirían. O sea, como consecuencia de la actividad humana, en apenas 200 años estamos alcanzando temperaturas que en otras épocas causaron extinciones masivas.”

3. ¿Qué se puede hacer para reducir el impacto a nivel gubernamental e individual?

En 2015, varios países suscribieron al llamado Acuerdo de París, cuyo propósito es reforzar la respuesta mundial a la amenaza del cambio climático manteniendo el aumento de la temperatura mundial en este siglo por debajo de los 2 °C. Los países que suscribieron se comprometieron a aportar esfuerzos para mitigar el impacto de cada uno de sus países en este problema global.

Ahora bien: considerando la velocidad de los cambios desde la industrialización, ¿venimos a destiempo trabajando en la reducción del daño? La respuesta, para los expertos, es un rotundo si. “Tendríamos que haber tomado medidas antes. Por eso, las exigencias de los mas jóvenes de que los cambios se hagan ahora”, asegura Alechine.

“Deberíamos dejar de usar combustibles fósiles, de producir plásticos y de vivir en esta cultura consumista. Pero ese es un mundo utópico, porque la realidad es que son un montón de industrias y maneras de vivir que no se pueden cambiar de un día para el otro”, observa.

Fuente: ONU
Fuente: ONU

Para esta científica, que representará a la Argentina en la Antártida, como parte de una iniciativa que convoca a 100 mujeres de la ciencia de todo el mundo para discutir el cambio climático, más allá de las medidas gubernamentales, podemos impulsar cambios individuales en los hábitos que ayuden a contener el problema.

Según Alechine, la esencia radica en “las tres R”, claves en lo que se conoce como la economía circular. “La primer R es reducir. O sea, lo contrario al consumismo. Y fijate que más allá de cuidar el medio ambiente y usar solo lo que necesitamos, reducir también afecta muchísimo nuestros niveles de estrés. porque vivimos más contentos cuando salimos del consumismo”.

Las otras dos R de esta tríada de nuevos hábitos son “reutilizar” y “reciclar”. “Reutilizar implica usar la misma botella, el vaso térmico, la bolsa de tela en lugar de las mil bolsas de plástico cada vez que vamos al supermercado”, explica. “Y reciclar debería ser, de las tres, la menos usada. Porque si vivimos una vida consciente, si nos adaptamos a ir al lugar que nos vende los alimentos orgánicos, no deberíamos tener tanto residuo”.

Al respecto, Carlos Gentile observa: “Si nosotros separamos correctamente los residuos, de entrada ya bajamos emisiones procedentes de los residuos. Esa es una medida en la que tenemos que incorporar. El cambio de hábitos repercute de manera directa e indirecta sobre las emisiones”.

Con respecto a las medidas que adoptará la Argentina para alcanzar los objetivos trazados en el Acuerdo de París, Gentile indica: “Para que no crezcan las emisiones de gases de efecto invernadero, tenés que desacoplar las emisiones de, por ejemplo, el consumo energético. No vas a suplir la demanda energética solamente con combustibles fósiles, vas a meter más energía renovable en la matriz energética”.

Frente a un panorama preocupante, hay un factor cultural y generacional que arroja una luz de esperanza. La llamada generación millennial y, sobre todo, los centennials (nacidos entre 1995 y 2005), ubicaron a la agenda ambiental entre las prioridades de la conversación social y política. Para dar cuenta de esto, se pueden analizar casos como el de Gretha Thunberg, la activista sueca de solo 16 años que, junto con el movimiento estudiantil contra el cambio climático Fridays for Future (Viernes para el Futuro) recibió el premio Embajadores de Conciencia de Amnistía Internacional de 2019. En la Argentina, también emerge un liderazgo similar. Recientemente, Bruno Rodríguez, un joven de 19 años, alumno de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad de Buenos Aires, fue elegido para asistir a la Cumbre Juvenil del Clima de la ONU, en Estados Unidos.

“Hay que entender que las generaciones más grandes nacieron y se criaron sin todas estas comodidades. Hablarles de que el plástico es algo malo es complejo porque fue la solución a un montón de problemas, -observa Alechine-. Las generaciones más jóvenes, sin embargo, se dan cuenta de que este es el mundo que les queda a ellos. Incluso si una persona tiene un hijo chiquito ahora, tiene que pensar en los efectos que vamos a ver de acá a menos de 50 años, cuando estos chicos van a estar en la plenitud de su vida”.

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