Javier Milei está furioso. Como pocas veces. No termina de digerir lo ocurrido con la Ley Bases. Y parece que demorará demasiado tiempo en hacerlo.
Es un tipo rencoroso, más de lo que muchos creen. No solo no olvida jamás los reveses, sino que siempre busca revancha.
Ahora mismo, está emperrado en ir contra los que cree que boicotearon sus intenciones de avanzar en la Cámara de Diputados.
De hecho, hace un rato nomás hizo un largo “testamento” en su cuenta de Twitter donde avanzó contra empresarios, políticos y periodistas. Los acusó de chorros, coimeros, ensobrados y la mar en coche. Eso sí, no dio precisión alguna. O sea, incomprobable.
Como sea, Milei ha decidido empezar su plan de venganza contra los gobernadores de cuatro provincias: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y… Mendoza.
Ciertamente, este último distrito no estaba en sus planes. Pero puntuales declaraciones de Alfredo Cornejo sobre la quita de subsidios a las provincias lo enfurecieron.
“Creo que es una decisión tonta, ridícula, poco inteligente. Tonta por donde se la vea”, dijo hoy el gobernador mendocino a Radio Mitre. Dicho sea de paso, el jefe de Estado provincial había sido ayer uno de los primeros mandatarios en rechazar la medida.
En la misma entrevista, Cornejo se defendió de las acusaciones de traición: “Los diputados que trabajan conmigo votaron favorablemente, trabajaron favorablemente para toda la ley ómnibus. En mi caso la elogié en público varias partes”.
Diga lo que diga, el gobernador no logrará atemperar la furia de Milei. Su decisión ya está tomada y la venganza será terrible.
En un año que se anticipa más que complicado a nivel económico y financiero, la quita de fondos a las provincias será una verdadera pesadilla para Cornejo. El peor de los mundos.
