Ante el brote de neumonía por Legionella en Tucumán, que causó la muerte de seis personas y el contagio de otras 16, el concejal Alejandro Sangenis alertó por la situación sanitaria de Yerba Buena. En ese marco, realizó un pedido al Poder Ejecutivo de la “Ciudad Jardín” para que actúe de forma preventiva en pos de que no avance la posibilidad de que un brote de la mencionada bacteria legionella tenga lugar en el oeste tucumano.
En pos de ese objetivo, Sangenis solicitó que se inicie con urgencia una campaña de control y sanitización del agua en Yerba Buena. Esta solicitud se enmarca dentro de una marcada preocupación por los problemas de público y notorio conocimiento que se generaron a partir de la falta o deficiente sanitización del agua corriente hoy de dudosa potabilidad, según lo expuesto por el concejal.
Al respecto, el pedido se fundamentó en el hecho de que la ya de por sí dudosa potabilidad del agua se ve acrecentada con la marcada inacción del municipio en general y del área de salud y de sanidad municipal en particular. Es por esta razón que Sangenis pidió que se inicie con urgencia una campaña de control y sanitización del agua en Yerba Buena por medio de un pedido al intendente local, Mariano Campero.
En ese sentido, Sangenis dejó claro que la misma debe incluir un enérgico reclamo del municipio a la SAT seccional Yerba Buena para que brinde las explicaciones de lo que se está haciendo para llevar tranquilidad a la comunidad de que el agua que sale en los domicilios particulares es potable y vive con un 100% de seguridad de que no contraer enfermedades de transmisión por dicho medio.
Además, el concejal solicitó que debe procederse con los equipos médicos y sanitarios del municipio yerbabuenense conducido por Mariano Campero con el fin de inspeccionar los edificios públicos escuelas comisarías centros comerciales y todo tipo de establecimiento de características similares para establecer que el agua responde a los patrones de sanidad que la hace apta para el consumo.
Asimismo, Alejandro Sangenis hizo hincapié en el hecho de que, en caso de que no sea así, es decir, si se logra establecer que el agua no responde como corresponde a los patrones de sanidad que la hace apta para el consumo, se tomen las medidas de resguardo y protección de los niños en las escuelas, como así también de los enfermos en los centros de salud y de la ciudadanía en general.
