El legislador provincial, Ricardo Bussi, atraviesa sus horas más oscuras luego de que se confirmara que será investigado por dos graves delitos. Por un lado, la acusación de abuso sexual y, por otro, el manejo de dinero en cuentas bancarias de terceras personas que habrían sido abiertas sin la autorización. La fiscala María del Carmen Reuter solicitó que se dé curso legal a la denuncia hecha por la víctima y también pidió que se defina el estado financiero del acusado.
Como la Justicia aceptó el planteo realizado por la fiscala, Ricardo Bussi deberá arreglárselas para intentar demostrar su inocencia. Junio comenzó con mal pronóstico para el otrora diputado nacional cuando en los primeros días la mujer denunciante sindicó al líder de Fuerza Republicana como su abusador en el propio despacho de este dentro de la Legislatura. Lo más terrible es que la denunciante dice que el ataque sexual hizo las veces de medio de intimidación.
La razón expuesta pasa por que Ricardo Bussi quería evitar que la víctima denunciara un manejo ilícito de dinero. Y es que ya venía realizando denuncias previas acerca de la apertura de cuentas en, por lo menos, dos bancos a su nombre y sin su consentimiento. Este hecho podría llegar, incluso, a ser juzgado en la Justicia federal en el marco de un posible lavado de dinero, complicando sobremanera el presente del legislador tucumano.
A todo esto, Ricardo Bussi sólo atinó a decir que todo se trata de una venganza. La pregunta es ¿Venganza de quién y por qué? Y esto nos lleva a recordar quién es el hijo de Domingo Antonio Bussi. La sociedad tucumana no puede soslayar que, apenas resultó electo legislador provincial, declaró públicamente que apoyaría la reforma constitucional local para posibilitarle a Juan Manzur la reelección indefinida. Justamente él, que reniega del populismo pero solo a nivel nacional.
Cabe recordar que siempre se habló de que Ricardo Bussi fue aliado de José Alperovich. De hecho, el exgobernador llegó a decir que el presidente de Fuerza Republicana le pedía dinero para financiar sus campañas y dividir a la oposición tucumana y allanarle el camino al poder. Cuando el hoy senador con licencia cayó en desgracia, no dudó en aliarse con Manzur y desde las sombras serle funcional para debilitar a la oposición.
Entonces, tal parece que toda esta situación parece estar jugándole una mala pasada. De hecho, a través de sus redes sociales, Ricardo Bussi acusó a Manzur de ser el ideólogo de lo que hoy lo aqueja en la Justicia. ¿Será por qué dejó de serle funcional al Gobierno provincial? ¿Le habrá negado el voto de los legisladores enrolados en Fuerza Republicana? Los cuales, son la lleve para destrabar el camino que conduce a la modificación de la Constitución.
La cual, es el único camino legal que le queda al hoy gobernador para perpetrarse en el poder. Que ahora Ricardo Bussi se niegue a votar lo que pretende Manzur, ¿se debe a que tiene en mente tejer otro tipo de alianza más favorable? La única verdad, es la realidad, decía Perón. Y Bussi Junior, detractor del peronismo frente a los micrófonos, siempre fue un obsecuente ante cada una de las representaciones que tuvo en el último tiempo.
Primero con Alperovich y luego con Manzur, Ricardo Bussi no es más que un lobo revestido con piel de cordero. Las terribles denuncias de lavado de activos y por abuso sexual, que en el presente caen sobre su persona, son el resultado de los turbios manejos del pasado en su relación bajo la mesa con el peronismo tucumano. Y necesitará más que palabras esta vez para poder zafar de un futuro oscuro como su conciencia.
