Los colegas del agente fallecido colaboraron con sus compañeros de una ciudad vecina al advertir que dos de los delincuentes habían ingresado al cementerio mientras huían de un robo.
La persecución que había iniciado el Comando Radioeléctrico de Pérez, al sudoeste de la Cuna de la Bandera, concluyó al mediodía dentro del predio donde una gran cantidad de policías despedía los restos del oficial Marcos Di Fazio, que murió el lunes luego de ser embestido por un automovilista.
Los policías colaboraron de inmediato para capturar a los sospechosos y les secuestraron un arma de fuego, así como el dinero se habían llevado de una farmacia en la que también amenazaron a punta de pistola a los clientes.
A pocos metros de la entrada al Cementerio El Prado podía verse un Volkswagen Gol gris que había chocado en el cruce la Ruta Nacional 33 y la Ruta Provincial 14. Boca abajo en el pavimento se hallaba el tercer acusado por el asalto previo.
Voceros del Ministerio de Seguridad de Santa Fe detallaron que el trío iba a bordo de ese auto y perdió el control en la rotonda. Aunque no pudieron seguir su marcha en el vehículo, dos de ellos alcanzaron a salir y corrieron por detrás de la estación de servicio próxima a la intersección, pero la idea de ocultarse en el predio privado que estaba más adelante resultó ser la peor salida posible.
Luis P., de 33 años, Juan A. (40) y Marcelo D. (54) quedaron a disposición de la Justicia tras el desenlace insólito a partir de la denuncia que hizo la víctima del robo a través del 911. Según fuentes oficiales, Gladys M. fue quien avisó a la policía luego de que los delincuentes ingresaran al comercio ubicado sobre Estanislao López al 1100 para sacar el efectivo de la caja y también el de los compradores presentes.
A partir de la descripción, el personal a cargo de la búsqueda identificó el vehículo en el que se habían ido y todo se resolvió justo en el sitio donde una buena parte de los integrantes de las fuerzas locales había ido a despedir a un compañero.
El caso de Di Fazio, quien pasó más de 48 horas internado en estado grave, conmocionó a toda la Unidad Regional II, al punto de que su titular Marcelo Gómez escribió una atípica carta abierta para lamentar una “muerte absurda”.
El joven de 28 años que arrolló al policía de 39 fue imputado por homicidio simple con dolo eventual y quedó bajo prisión preventiva por su frustrado intento de huir después de la colisión.
