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Rumbo al Mundial: Cruzar las piernas, levantar el pulgar, tocar al otro y consumir alcohol en público son actos ofensivos

Aunque se trata de una potencia económica y con acceso a las tecnologías más avanzadas, donde la población local convive con inmigrantes de todas partes, el país conserva las reglas de trato social islámicas y controla su cumplimiento. El Mundial testeará la tolerancia de Qatar hacia los excesos inherentes a una concentración masiva de fanáticos. Una norma sagrada: no hablar de política ni criticar al emir.

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En condiciones normales, un extranjero podría ser penalizado si abre una lata de cerveza en una playa de Doha o si decide hacer fila en la cola exclusiva para mujeres de una atracción de la isla artificial La Perla. Pero el acontecimiento mayor del fútbol es una situación excepcional y probablemente obligue a las autoridades de Qatar a bajar la guardia en cuanto a la observancia de las normas sociales imperantes, que no son las más estrictas del mundo árabe, pero, aún así, reflejan la cosmovisión islámica. Mejor que confiar en la probable tolerancia ajena es conocer los comportamientos que resultan apropiados y ofensivos para la cultura anfitriona: este es el consejo de todos los sitios de información turística, incluida la agencia oficial, para el millón de visitantes que atraerá el Mundial.

Las demostraciones de afecto en la calle, los cuestionamientos al emir, la conversación sobre religión y otras prácticas occidentales son mal vistas en Qatar, y, en algunos supuestos, sancionadas con multas, arrestos y deportaciones. Mientras que la pertinencia o impertinencia de algunas conductas parecen más o menos obvias, por ejemplo, el código de vestimenta para las mujeres, ciertas situaciones reclaman una mayor comprensión de la mentalidad musulmana.

Asistencia Pública

En ese orden más sutil se inscriben algunos gestos corporales considerados ofensivos, como cruzar las piernas y levantar el pulgar con el resto de los dedos cerrados. La guía de buenos modales básicos y de comprensión de la idiosincrasia catarí desarrollada a continuación presenta una serie de pautas para una estancia sin contratiempos. Se viaje o no a Qatar, conviene saber que la sonrisa saca de apuros y, en caso de desacierto, consigue el perdón.

Movilidad
Rumbo al Mundial: Cruzar las piernas, levantar el pulgar, tocar al otro y consumir alcohol en público son actos ofensivos

1) Los rascacielos futuristas conviven con las tradiciones ancestrales.

En Qatar coexisten el paisaje urbano característico de los países desarrollados con una impronta cultural anclada en el pasado, que, pese a todo, está entre las más abiertas de Oriente Medio. La familia, la religión y los mandatos emergentes de esas dos dimensiones dominan la vida social del país organizador del Mundial.

2) Los extranjeros son bienvenidos, pero deben adaptarse.

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Las grandes oportunidades de trabajo existentes atraen a Doha a inmigrantes de las más diversas procedencias y pareciera haber lugar para el globo entero. Para los aspirantes a aprovechar la bonanza catarí hay un mensaje claro: conseguirán sus objetivos materiales siempre que respeten el orden sociopolítico que encontraron.

3) Con el inglés alcanza, aunque el árabe facilita la integración.

Aunque el inglés está muy extendido en el país, el árabe es la lengua oficial y conocer algunas palabras derriba barreras con los locales. Los no musulmanes suelen saludarse con la frase “salam alaykum”, que significa “la paz esté contigo”. La respuesta correcta es “wa alaykum as-salam” (“y también contigo”).

4) Rige la sharía en un entorno de aceptación de las otras religiones.

Qatar aplica la ley religiosa islámica (sharía) reguladora de todos los aspectos públicos y privados de la vida, y cuyo seguimiento se considera que conduce a la salvación. Aún así, el Estado permite la libertad religiosa y, según la web Expatica, los musulmanes cataríes tienen un alto grado de aceptación de otras creencias.

5) Los símbolos nacionales poseen un valor superlativo.

Los cataríes veneran su historia y los símbolos que la evocan: el nomadismo beduino, los camellos, las perlas, las alfombras, las carpas y la imagen del gobernante. Estos temas aparecen con recurrencia en la configuración actual del país y son muy caros para el sentimiento nacional.

6) Mandan los hombres y está vigente la segregación por géneros.

Las mujeres son una minoría supeditada a la población mayoritariamente masculina de Qatar. La desigualdad de poder y de oportunidades basada en el género constituye un aspecto fundamental de la cultura y de la organización social, y se refleja en la tutela del varón y en segregaciones públicas.

7) El modelo de la ex jequesa inspira a las súbditas.

Mozah Bint Nasser al Missned, madre del emir Tamim bin Hamad Al Thani, es la mujer más popular de Qatar, y un emblema de belleza y formación por su trabajo en la promoción de la educación y su pasión por la alta costura. Para las cataríes, la ex jequesa expresa el equilibrio entre progreso y conservadurismo.

8) La familia es el eje de la vida, sin embargo, el divorcio avanza.

Las obligaciones de cuidado y de atención de los hijos a cargo de la mujer, y la provisión de los recursos materiales en manos del hombre son determinantes. Si bien la vida gira alrededor del culto a la familia, el divorcio es legal y cada vez más elegido entre los adultos jóvenes.

9) Andar sola sigue atrayendo las miradas.

Qatar es un país seguro, con contadísimos homicidios registrados. Aún así, las mujeres que circulan solas se ven expuestas a la mirada inquisidora e invasiva de los hombres, e, incluso, a ser seguidas. Se trata de un comportamiento ilegal que, sin embargo, aún es frecuente en Qatar.

10) Saludar con la mano derecha, a menos que haya cercanía.

En las ocasiones formales, se recomienda saludar verbalmente o con una sonrisa (ver punto 3). En las demás situaciones, los hombres suelen darse la mano derecha, pero sólo lo harán con las mujeres si estas extienden el brazo antes. Si no lo hacen, pueden colocarse una mano sobre el corazón o juntar las palmas. Los parientes y amigos se dan tres besos en la mejilla derecha o se tocan dos veces la nariz.

11) Evitar los tabúes: sexo, religión y política.

Tres temas deben ser dejados de lado cuando se conversa con cataríes: el islam, la actividad sexual y la privacidad en general, y los asuntos del Gobierno y de la familia real Al Thani. Quienes critican al emir cometen un delito mientras que se considera ofensivo bromear sobre el profeta Mahoma o poner en duda la fe islámica.

12) Respetar la jerarquía y honrar a los mayores.

La sociedad posee una estructura jerárquica muy arraigada, donde importan y mucho los títulos y honores, y corresponde mencionarlos siempre que sea posible. En Qatar la autoridad ocupa un lugar preeminente, lo mismo que los ancianos, que son actores protagónicos dentro de sus familias y ámbitos de influencia.

13) Obviar el reloj y dejar que la conversación fluya.

Mirar el reloj mientras se sostiene una conversación es señal de mala educación y predispone negativamente a los interlocutores. Lo mismo que el deseo de “ir al grano”. Los cataríes hacen introducciones extensas acerca de temas superficiales antes de abordar el asunto que motivó la reunión.

14) Controlar las manos y usar las palmas antes que los dedos.

La gesticulación con las manos es fuente frecuente de malos entendidos entre locales y forasteros. El pulgar hacia arriba propio del “like” denota una expresión soez equivalente al dedo mayor levantado en Occidente. También es insultante usar el índice para apuntar o llamar a alguien. Ante la duda, emplear las palmas.

15) Mantener las piernas en la posición natural.

Las piernas cruzadas pueden ser interpretadas como señal de arrogancia o como una falta de respeto en particular si se está entre ancianos o una autoridad, según los sitios dedicados a instruir a los extranjeros sobre las costumbres de Qatar. Tampoco conviene mostrar las plantas de los pies en público.

16) Preservar la distancia social.

Las exhibiciones públicas de afecto entre hombres y mujeres incomodan a los qataríes mientras que la homosexualidad está penada. Las mujeres solteras no pueden ser tocadas a menos que, en el saludo, ellas consientan la aproximación y extiendan la mano derecha (ver punto 10). Esto vale asimismo para las fotografías.

17) Preferir la ropa que cubra el escote y las extremidades.

Los cataríes usan túnicas y se tapan la cabeza según las normas islámicas. Los extranjeros pueden vestirse con las prendas que prefieran, pero se aconseja que las mujeres se cubran el escote y las extremidades, y que los hombres eviten los pantalones cortos y las remeras sin mangas. Estos códigos también rigen en las playas públicas. Los trajes de baños se permiten en hoteles.

18) Beber sólo en lugares privados y con permiso.

Los musulmanes tienen prohibido consumir alcohol, y el acceso a estas bebidas es limitado y sujeto a las licencias de venta y de compra que otorga el Estado. Está permitido tomar en la propia casa, y en los hoteles y restaurantes habilitados, pero no en la vía pública. Emborracharse puede deparar una pena severa.

19) Quitarse los zapatos al entrar a una casa.

Se dice que un extranjero entró en la sociedad catarí cuando una familia lo invita a comer a su casa. En la puerta de la vivienda, el visitante deberá quitarse los zapatos. Si va con una mujer, ella deberá integrarse a la ronda femenina. Se estila que, antes de hablar, los invitados deben comer y beber lo que el anfitrión les dé.

20) Sacudir la taza para indicar que ya basta de café.

Rumbo al Mundial: Cruzar las piernas, levantar el pulgar, tocar al otro y consumir alcohol en público son actos ofensivos

El café árabe (“gahwa”) es un rito muy serio en Qatar. Quien lo prepara usa una cafetera tradicional (“dallah”) y tazas pequeñas sin asa (“finjaan”). La infusión se vierte en cantidades mínimas y el anfitrión lo prueba primero. Los invitados toman la taza con la mano derecha: si la devuelven a quien se la dio es porque quieren más mientras que la sacuden para indicar que están satisfechos.

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