Wall Street estuvo de parabienes con la noticia de que Argentina mejoró el domingo su propuesta a los acreedores privados. Cayó el riesgo país, subieron los acciones de los principales bancos que operan en nuestro país y todo parece encaminarse a una solución definitiva de la deuda con los bonistas internacionales. Sin embargo, el ministro de Economía, Martín Guzmán desconfía de la respuesta de BlackRock.
Se trata del administrador de activos más grande del mundo y el acreedor individual más grande de Argentina, luego del FMI. De hecho, el funcionario descree que recibirá el apoyo de este fondo, lo cual podría hacer peligrar el éxito del canje de deuda. Por lo pronto lo positivo pasa por el hecho de que se establecieron condiciones bastante más favorables en lo que hace a los bonos 2005, debido a que poseen cláusulas más ventajosas para los acreedores.
El problema pasa por el hecho de que en el grupo Ad Hoc, en el que se encuentra Black Rock, la situación es otra. Y es que poseen títulos de los bonos emitidos durante el macrismo y presionan para lograr mejores condiciones. La pregunta del millón pasa por saber si este grupo está en condiciones de trabar la oferta del canje de deuda. Cabe recordar que la clave de la oferta pasa por abarcar la mayoría necesaria para obligar al resto de los bonistas a aceptar.
Los analistas económicos coinciden en el hecho de que la estrategia oficial pasa por provocar divisiones en el propio consorcio de acreedores para obtener mayor adhesión. En esa línea, se especula con que la oferta se extienda hasta fines del otro mes, más allá de que ya esté prorrogada hasta el próximo 4 de agosto. En lo que hace al ministro de Economía, remarcó que lo ofrecido hasta aquí es el límite al que puede llegar el país.
“Argentina tiene una deuda insostenible. Hay un límite al que podemos llegar, este es el límite para cuidar a la Argentina y mantener una relación sostenible con los acreedores”, manifestó. Asimismo, aprovechó una entrevista televisiva nocturna para comunicar que un grupo de bonistas ya logró un acuerdo con los representantes del Gobierno argentino luego de que las partes se fueran acercando en la negociación.
“Argentina quiere tener una integración sana en la economía internacional, incluyendo los aspectos financieros. Y para que Argentina pueda tomar crédito debe estar en una situación en donde se puede sostener. La confianza ha sido muy dañada y reconstruirla requiere demostrar manejos macroeconómicos consistentes, un país que se va ordenando”, afirmó. Y agregó que el país ha “definido un umbral de participación mínima: si menos de la mitad no acepta la oferta, queda caduca. Para que podamos avanzar tiene que entrar al menos la mitad”.
Recurriendo a una metáfora futbolera, Martín Guzmán señaló que “la pelota está del lado de los acreedores, hemos mostrado un fuerte interés de la Argentina por llegar a un acuerdo”. Y el ministro de Economía finalizó asegurando que “esta es la última oferta, el proceso de negociación ha sido duro, y se ha convertido en un baño de realidad para los acreedores sobre la situación real en que estaba la Argentina”.
