Renovación DNI
Inicio Política Nacional Sergio Massa y Cristina Kirchner son extorsionadores seriales políticos

Sergio Massa y Cristina Kirchner son extorsionadores seriales políticos

Ambos lo hacen con Alberto Fernández para que no haya competencia dentro del oficialismo en las PASO. Quieren un candidato único consagrado por el dedo de la vicepresidenta. Verticalismo y arbitrariedad absoluta. Ella nunca quiso competir en las internas y ahora, tampoco.

massa cristina kirchner blanco y negro
Vacunación Dengue

En la semana que pasó para jamás volver, quedó de manifiesto que Sergio Massa y Cristina están extorsionando al presidente Alberto Fernández para que no haya competencia dentro del oficialismo en las PASO. Quieren un candidato único consagrado por el dedo de Cristina. Verticalismo y arbitrariedad absoluta. Ella nunca quiso competir en las internas y ahora, tampoco. Ahora bien, ¿En qué consiste el apriete?

Tarjeta Sube

Massa amenaza con renunciar al ministerio de Economía y tirarle por la cabeza al presidente la hecatombe social que eso produciría. ¿El nivel de irresponsabilidad de este cuarto gobierno kirchnerista no tiene límites? Juegan con la vida de la gente. Massa ya es el máximo responsable de la catástrofe que podríamos sintetizar en la explosión inflacionaria, la multiplicación de la pobreza, la huida de empresas e inversores y las reservas negativas en el Banco Central.

Fiestas

No dejó macana por hacer. Superó largamente a Martín Guzmán. Los indicadores son demoledores. Massa, que sin embargo quiere ser el único candidato a presidente, amenaza con irse y terminar de dinamitar el país. Eso podría generar catástrofes para todos los argentinos. Estallidos sociales o hiperinflación. Es la confirmación del cinismo y la voracidad por el poder que los mueve. Les importa un carajo la gente. Es mentira que se preocupen por los más humildes.

Obras en Barrios

Juegan a un ajedrez macabro donde las piezas somos todos los ciudadanos. Juan Grabois, que no le perdona una, en un tuit lo expresó con claridad: “La amenaza de Massa con un golpe económico por una rencilla electoral revela su verdadera faz. ¿Hartazgo? Harto está el país con quienes juraron desempeñarse con lealtad y patriotismo y lo hacen con deslealtad y oportunismo mientras la gente se desangra con la inflación rampante”.

Si llegar a tener éxito la extorsión y Massa se transforma en un nuevo candidato títere, de todos modos, debería renunciar. No puede hacer campaña electoral y en forma simultánea seguir destruyendo la economía del país. Tres dirigentes de su espacio ya avisaron de la posible renuncia de Massa. Primero fue su esposa, Malena Galmarini. Fue un apriete claro cuando se sumó al tuit de un operador bursátil.

malena galmarini
Malena Galmarini

Y es que el mismo aseguró que “Massa se queda hasta el final, porque el final es cuando se vaya Massa”. Hace unos días la presión fue realizada por Cecilia Moreau y Diego Giuliano, ambos dirigentes del riñón partidario de Massa. La presidenta de la Cámara de Diputado dijo que su jefe estaba “harto de sostener la estabilidad mientras otros se dedican a jugar a la interna con soldaditos de cartón”.

Nuevos Pozos
Banner Tucumán Despierta

Y el ministro de Transporte puso en duda la continuidad de los renovadores en el Frente de Todos. Solo se quedarán, “en la medida que demuestren la voluntad de ganar las elecciones”. En la semana que se esfumó para nunca retornar, Cecilia Moreau volvió a la carga con más de lo mismo y no descartó la renuncia: “Sergio no puede ser ministro de un gobierno que se está tirando barbaridades en los medios por unas PASO”.

En medio del drama y la miseria que atormenta a los más pobres de los pobres, Sergio Massa, con la cara de piedra, se comparó con los gloriosos muchachos de la selección argentina campeona del mundo. Massa y Lionel Messi no tienen nada en común. Y su gestión es la contracara de equipo de Scaloni y el Dibu Martínez. Representan valores que están a las antípodas.

Banner Tucumán Despierta

Massa no tiene eficiencia ni meritocracia, ni trabajo en equipo, ni humildad, ni talento, ni respeto por la gente. Se quiso colgar de la Copa y utilizó a un oportunista como el Chiqui Tapia que saludó en el acto con “el todos y todas” como si fuese un progre de Palermo Rúcula. Pero tal vez el peor de los papelones, el más peligroso, fue su altanería de proclamar a nuestro país como la República Argenchina.

Justo después de sus reuniones llenas de humo con representantes de la autocracia de Xi Xing Ping. Massa ignora que la inmensa mayoría de nuestro pueblo quiere vivir en libertad y no le interesa ningún sistema donde el estado todo poderoso aplasta y asfixia a los ciudadanos como ocurre en China. Justo ahora que la oposición denuncia al gobernador de Tierra del Fuego por un peligroso acuerdo con China.

Nada menos que para la construcción de un puerto absolutamente estratégico como entrada a la Antártida. Es una inquietante cesión de la soberanía nacional y se sospecha que se trata de una base logística que se sumaría a la insólita estación espacial emplazada en Neuquén o la posibilidad de comprarle aviones militares a los chinos. No es un cuento chino. No es un inocente juego de palabras lo que hizo Sergio Massa.

Solo los sectarios admiradores de los dictadores cubanos y venezolanos, quieren que seamos Argenchina. Si Massa logra se candidato único a presidente será un caso para estudio de las Ciencias Políticas. Es como poner al pirómano a apagar el incendio. Primero hay que decir que los grandes responsables de este mamarracho indigno del oficialismo son Cristina, Alberto y Massa, el triángulo de las Bermudas.

Tal denominación obedece al hecho de que en esa geometría oceánica se hundieron gran parte de los mejores sueños de los argentinos. Chocaron la calesita. Nunca hubo un gobierno tan desastroso desde el regreso de la democracia. Sergio Massa fue el que posibilitó la vuelta del cristinismo y La Cámpora al poder pese a que había proclamado a los cuatro vientos que los iba a meter presos y que iba a barrer a todos los ñoquis.

Hoy, no solamente no barrió a ningún ñoqui. Se puso una fábrica de pastas con Máximo. Esa traición fundacional terminó por convertir su palabra en humo y su credibilidad en una hoja al viento. Un panqueque que se recicla. Resulta increíble, pero el ministro de Economía de este gobierno tal vez haga campaña a presidente prometiendo hacer cosas buenas que hasta ahora no las hizo. No tuvo una sola idea razonable. No solucionó ninguno de los problemas.

Y si se le llega a ocurrir alguna salida positiva, sería bueno que las aplique ahora porque, aunque lo nieguen, está en el poder. Y la mayoría de la gente no aguanta más. Quiere ser gobierno, pero es gobierno ahora. Lo atendió con tres palabras su compañero del kirchnerismo, Juan Grabois: “sinvergüenza, vendepatria y cagador”. Massa quiere ser gobierno, pero es gobierno ahora. Votar a Massa no es massismo. Es masoquismo.

Comentarios