Como no podía ser de otra manera, Tucumán volvió a ser noticia a nivel nacional, pero siempre por causa de malos hechos. Tal es el caso de la pérdida de la cadena de frío de la vacuna rusa contra el coronavirus y, ni lerdo ni perezoso, el gobierno tucumano tuvo que salir a aclarar que las vacunas no perdieron la cadena de frío. Ahora bien, el descrédito es tan grande de parte de quienes nos gobiernan que es difícil creerles.
La aclaración tuvo lugar luego de que en la transmisión en vivo de un canal de noticias de Buenos Aires, se advirtió que se habría perdido durante 9 minutos la cadena de frío de las vacunas contra el coronavirus, que se deben mantener a una temperatura de -18°. Es por ello que por medio de un comunicado oficial, el Gobierno provincial asegura que “no hubo anomalías en el resguardo de la cadena de frío” de las vacunas.
Incluso, fueron más allá y aseguraron que “los datos que arrojaron los sensores, que desataron la confusión, forman parte del proceso técnico”. Como si se hubieran creído el slogan de campaña del oficialismo nacional, la administración de Juan Manzur cree que la gestión provincial, es un gobierno de científicos y señalaron que la confusión surgió a causa de uno de los sensores utilizados, llamado datalogger.
Este aparato, que se usa para medir la temperatura de las conservadoras, marcaba por algunos minutos una temperatura inferior a la que requiere la Sputnik V para su conservación. El datalogger mide el momento en que se cierra la conservadora. A partir del momento en que marca los -18º la temperatura se mantiene constante. Para explicarlo básicamente, es lo que pasa cuando uno guarda algo en la heladera, fue la explicación.
Lo que queda claro es el hecho de que se viralizaron imágenes en las que se vio cómo el instrumento que brinda los datos de la temperatura del cargamento reportó fallas. Sin embargo, desde el Gobierno de Tucumán afirman que las vacunas nunca perdieron la cadena de frío. El caso es que el dispositivo que registra el historial de las diferentes temperaturas durante todo el traslado en una bitácora especial registró el detalle que captó la atención inmediatamente.
Y es que de forma contundente en la pantalla se visualizó un mensaje alertando sobre una falla, un error en el status, y una temperatura máxima registrada de -5.5 °C cuando debe estar siempre a menos de 18 °C. En el momento del “evento de falla” que se mostró en la nota, destacaron que mostrarían la trazabilidad en la temperatura en las que venían las vacunas. Claramente acá había un problema, de hecho el técnico lo que marca es justamente una alarma.
Esto significa que la vacuna debía mantenerse a menos 18 grados y la alarma se refería a esta cuestión que la vacuna podría no haber estado alguna, se rompió la cadena de frío. De todas formas, aseguraron que hasta el momento no se va a devolver ningún lote, argumentando que es una falla de lectura del termómetro. Sólo a Tucumán podía pasarle que a las dudas acerca de la eficacia de la vacuna en duda, se le deba agregar la incertidumbre acerca de su conservación.
