Eran las siete de la tarde del jueves pasado cuando Emanuel y su amigo estaban limpiando el patio, acomodando las plantas, regando el limonero y los mangos cuando sufrió un furioso ataque de avispas en su casa de 25 de Mayo al 1600: “Aquí vivimos los dos, estábamos en el patio y de repente se nos vino este ataque. Eran una banda. A mí por lo menos me atacaron 25 avispas”.
Entre gritos, ardor y desconcierto, Emanuel se vio en el espejo y confirmó: “Me atacaron el brazo, la cara, el pie. Yo estaba de shorcito y no me las podía sacar del cuerpo. Al dueño de casa le pasó lo mismo y unos minutos después atacaron al vecino, a quien lo mandaron al Centro de Salud porque tiene problemas alérgicos”. En ese marco, Emanuel, herido por el ataque, fue a un CAPS.
“Me vio la doctora y no lo podía creer. Estudió cada zona del cuerpo atacada y me aseguró: ‘Tenés un Dios aparte. De la manera que te han picado tendrías que estar internado’. Y sí, siento que tengo un Dios aparte porque a otro vecino que cortaba el pasto le desfiguraron completamente el rostro y quedó en observación”. El punto es que no es nuevo el ataque masivo de avispas en 25 y Paraguay, a unas cuadras del Monumental.
“Lo más grave que te queda es el miedo, el julepe de que vuelvan a atacarte en cualquier momento. Después del ataque, quisimos ver de dónde habían salido las avispas, llamamos a los bomberos de Villa Luján, no había vestigios en las plantas de limón ni de mango”, declaró. “Pero el viernes un vecino que vive en un cuarto piso nos dijo: ‘El nido de las avispas está arriba del pilar de luz de alta tensión. Ahí se ve el movimiento de las avispas´”.
Y es allí donde la ineficiencia de Edet vuelve a mostrar los colmillos de un monstruo insensible que nada hizo al respecto desde entonces y todavía sigue en el mismo plan de lavarse las manos. Se desconoce si será el calor o por qué las avispas terminaron ahí, pero es peligroso para todos los vecinos. “Mirá si agarra una criaturita o a alguien con las defensas bajas”, relató angustiado Emanuel.
“Se le hizo el reclamo a Edet y no vino nadie. Nos dijeron que al ser propiedad de ellos el pilar, ellos se ocuparían, pero todavía no vinieron. También llamamos a bomberos de la Policía, nos tomaron el pedido de muy mala gana, nos dijeron que solo acudían si se trataba de una emergencia y yo me pregunto qué tal si no estoy contando la historia”, expresó dejando en evidencia el pésimo servicio de la empresa.
Mientras Emanuel cuenta que “el ardor y las ronchas son insoportables”, lo cierto es que pudo dejarle un mensaje a Edet en medio del miedo y el dolor que todavía lo invaden. “Todos estamos corriendo peligro, todos sabemos que pueden volver a atacarnos, todos necesitamos que saquen el nido de avispas de la 25 de Mayo 1681 antes de que pase algo peor”. ¿Se hará cargo Edet de una buena vez por todas o esperará a que ocurra una desgracia?