Los mensajes de los aparatos telefónicos de los tripulantes iraníes y venezolanos del avión retenido desde hace 20 días en Ezeiza ahondaron las sospechas de los investigadores del caso, porque incluyen textos que podrían interpretarse como indicaciones para borrar evidencias y no dejar rastros de sus intenciones.
Así lo revelaron investigadores del caso, pues en la última semana se entregaron en el juzgado federal de Lomas de Zamora, a cargo del magistrado Federico Villena, un adelanto del análisis del contenido de esos aparatos, secuestrados a la tripulación.
Se trata de 18 celulares, cuyo contenido fue descargado por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y analizado por los especialistas de la Policía Federal. Parte de esa tarea, aún inconclusa ya fue adelantada al juez y a la fiscal Cecilia Incardona.
Los investigadores mantienen en secreto estas evidencias, ya que el juez dictó el secreto del sumario en la causa, una decisión que mantiene a pesar del pedido del abogado de los tripulantes extranjeros, que reclamó levantar esa restricción. El letrado se quejó de que se hubieran filtrado datos de la causa en los medios de comunicación y que él, como abogado , no pueda acceder oficialmente a esa información.
Pero la fiscal Incardona dictaminó oponiéndose a esta decisión y lo propio hizo la querella de la DAIA, que asimismo reclamó que se mantenga la restricción para que los iraníes y los venezolanos no puedan salir del país y que no se les devuelvan sus pasaportes.
Los mensajes de sus teléfonos, dijo una fuente cercana al caso, denotan que hay algo que no es normal. “Dan indicios de que generan dudas, hay que seguir investigando”, señaló la fuente.
Llamaron la atención de los investigadores los mensajes que se registraron entre el 8 de junio, luego de que el Boeing 747 de Emtrasur aterrizara en Buenos Aires y tratara sin éxito de cargar combustible en Uruguay, y el 14 de junio cuando fueron decomisados los teléfonos en el hotel Plaza Canning, donde se alojaron los tripulantes en el municipio de Ezeiza.
Uno de los investigadores mencionó que los mensajes parecieran dar indicaciones como “limpiar” cualquier evidencia o indicio, que pudiera perjudicar a los aviadores. “No es determinante, son mensajes dudosos, que hacen sospechar de que hay algo raro”, revelaron las fuentes.
Los responsables de la pesquisa esperan terminar el análisis y descargar la información, que es mucha y lleva bastante tiempo procesar.
Mas allá de estos mensajes, se realiza una investigación para determinar la razonabilidad de encargar el transporte de los asientos de un automóvil mediante un Boeing 747. Hubo dos vuelos, uno realizado con otra empresa, y este segundo viaje.
Otra duda que tienen los investigadores es sobre el avión, dada su antigüedad y la fortuna que se gastó en mantenerlo operativo. Una investigación publicada informó que la aeronave es de 1986, que perteneció a la aerolínea africana que luego fue comprada por Air France. En su larga vida tuvo un par de emergencias graves que motivaron que fuera reparado a fondo. Tuvo un aterrizaje de emergencia y en junio de 2012 , tras un despegue abortado cuando ya carreteaba a máxima velocidad en la pista, rompió un motor, un tanque de combustible, los frenos y neumáticos.
Llegó a ser canibalizado para reparar un Boeing mellizo en 2018. Se le extrajeron dos motores, fuselaje y piezas de repuesto. Pero a fin del año pasado Venezuela se interesó en el avión, que fue reparado en Teherán y supuestamente transferido a Emtrasur Cargo, filial de la empresa estatal venezolana Conviasa.
Los investigadores tienen curiosidad por indagar acerca de por qué se gastó una suma millonaria en reparar esta aeronave, con equipos electrónicos, algunos de ellos obsoletos y se preguntan si esto no está relacionado con la capacidad de pasar inadvertido para algunos sistemas de detección más modernos. Por ahora solo se trata de hipótesis lanzadas al aire.