Almirante Brown a primera cuadra, un camino de tierra y piedra, se ha convertido por estos días en la calle más nombrada de San Isidro de Lules. Los habitantes la ubican porque saben que allí está la camioneta incendiada, a la vista de todos los que pasan en moto, auto u otro móvil. El vehículo, que yace en la esquina, se ha transformado en chatarra y en una especie de estatua que representa la conmoción y el temor. Un triste símbolo para el barrio.
“Llevé uno de mis autos a otra casa. Lo dejaba en la vereda también. Después de lo que pasó la otra noche, siento miedo”, enfatizó Adela Burgos, de 35 años, quien vive a pocos metros de la vivienda de Marcelo Antonio Casacci, el propietario de la Toyota Hilux quemada. El hombre, de 51 años, es padre de un candidato a concejal por el acople oficialista Acción Regional. En el mismo frente electoral, el legislador César “Kelo” Dip busca presidir otra vez el Departamento Ejecutivo municipal.
El martes, pasadas las 2, seis desconocidos llegaron en tres motos a la propiedad del fabricante de productos artesanales. Colocaron debajo del vehículo colchones y bolsas, al parecer, con gomaespuma y rociaron en el acto nafta sobre los elementos para encender el fuego. Minutos después, las llamas consumieron el rodado, que estaba estacionado en la vereda, pegado a la puerta de la casa familiar.
“No sé por qué sucedió esto. No sé qué versión será cierta. Tantas cosas se han dicho…”, explicó la mujer, respecto del incendio y las versiones de que el hecho podría haber tenido vinculación política.
El arroyo de gasoil
Los vecinos se despertaron esa madrugada por el reventón. Las llamas iluminaron la cuadra de punta a punta, lo que también se transformó en una señal de emergencia que se reflejaba en los vidrios de las ventanas. “Fue una pesadilla. Me sorprendió el brillo del fuego en la ventana. Salgo de la casa luego y vi que hasta aquí llegaba el fogonazo”, contó Burgos, señalando el borde de su vereda.
Durante el siniestro, se rompió el tanque de combustible de la camioneta y el gasoil se expandió por la orilla. “Tiramos arena para apagar el fuego, porque también había otro auto estacionado que tenía instalado un equipo de gas”, añadió. Los pobladores coincidieron en que los bomberos demoraron en llegar al lugar.
“Escuchamos las explosiones, lo que generó temor. Después del ataque a la camioneta, uno piensa que no hay límites. Podría pasar cualquier cosa de ahora en más”, expresó Valeria, una vecina que pidió que su apellido se mantenga en reserva. “Uno siente miedo después de lo que le pasó a la camioneta. Pensaba que había ocurrido algo en la planta de empaque, que está al frente (en la misma cuadra)”, contó Juan Córdoba, otro residente. “Si es un hecho de inseguridad, es lamentable; si es por una pelea política, también es lamentable”, agregó.
Al intendente, “no”
Carlos Gallia, intendente de Lules, negó ayer alguna conexión entre la campaña electoral y el ataque a la camioneta. “Este hecho es preocupante. Pero no le echen la culpa al intendente de todo lo que pasa en Lules. Que investiguen. Además, nos ponemos a disposición de la Justicia, pero no creo que esté vinculado a lo político. No creo que se haya llegado a esa violencia. Aquí, sólo hay chicanas”, aseguró.
Y añadió: “quien me conoce, sabe que no llevo adelante prácticas violentas. Ni siquiera pasa por mi mente. Y si me entero de que alguien de mi equipo las hace, lo corro de la Municipalidad; lo echo”.
Gallia insistió en que el incendio “no forma parte del juego político”, aunque criticó a Dip y su partido por intentar “dividir a la población” en medio de la campaña. “No vengan y echen la culpa al intendente. Yo no corro gente de la intendencia. No hemos despedido a nadie. Al contrario, hay más personal que antes. No sabemos cómo hacer para contener el problema social que existe y esto se viene a colar ahora”, apuntó.
Franco Casacci, candidato a edil, había reconocido que circulaban versiones sobre una posible relación política. “No sé qué pensar. Estoy en las nubes. En la población se dice que la embestida está relacionada con la campaña política. No sé por qué salió esa versión, aunque genera muchas sospechas este hecho”, había expresado. Dip, por su parte, había afirmado que la intendencia despedía a personas relacionadas a su frente electoral.
Gallia apuntó ayer: “nosotros no agredimos a nadie, aunque venimos recibiendo insultos y agravios. Aquí no me escucharon hablar sobre el caso de la camioneta”. El actual titular del Departamento Ejecutivo además dijo que en su jurisdicción habían bajado los casos de inseguridad, a partir de la creación de los policías municipales, el funcionamiento del 911 y los controles de la Policía Vial.
AUTOR
Luis Duarte