El kirchnerismo se estaría preparando para censurar cualquier expresión que vaya en contra del Gobierno cuando se avecinan las jornadas más duras en materia sanitaria y económica. La creación de organismo estatal cuya supuesta misión será la de impedir “operaciones” o fake news, no sería más que una cortina de humo detrás de la cual se esconde la verdadera intención de controlar las voces discordantes con el discurso oficial.
No parece ser casualidad el momento elegido para anunciar esta noticia. Hoy se medirá en la calle la temperatura social del hartazgo de la gente en una nueva y masiva manifestación. Y en las próximas semanas, tendrá lugar la decisión de la Corte Suprema acerca del futuro de los jueces que fueron apartados por el kirchnerismo por investigar las causas de corrupción en las que se encuentra comprometida Cristina Kirchner, sus hijos y ex funcionarios.
Pero, sobre todo, en las próximas semanas es posible que el oficialismo intente ir con todo para lograr aprobar la reforma judicial en Diputados. ¿Acaso NODIO aparece ahora como una especia de velada amenaza a la hora de expresarse? Claramente es un mensaje para los medios de comunicación independientes pero también para toda persona que, por ejemplo, se manifieste en las redes sociales en un tono que no le guste al Gobierno nacional.
Lo que está claro es que el kirchnerismo sigue en su mundo paralelo en medio de una crisis terrible. Como si no fuera suficiente, ahora crea un organismo estatal para supervisar a los medios en lo que no es más que un nuevo ataque a la libertad de expresión como parte de su plan para acallar cualquier voz crítica que refleje lo que está pasando en nuestro país en medio de la pandemia y la recesión económica.
La gravedad de la movida oficialista radica en que será el propio Estado el que defina qué opinión es verdadera o falsa y cuál noticia inicia una campaña de desinformación. Lo que hará este organismo no es más que poner en riesgo el principio constitucional de la libertad de expresión. La mentira se cae ante la evidencia de que nuestro país ya cuenta con leyes como la 23592 y el INADI para tutelar esos derechos.
Más grave todavía resulta el hecho de que la titular de NODIO es una periodista, Miriam Lewin, y desde este organismo estatal observará como una especia de Gran Hermano la información periodística a la que podrá someter de forma arbitraria a ser juzgada, evaluada y su veracidad sometida a la calificación de un Gobierno de con pésimos antecedentes en materia de libertad de expresión. Profesionalmente sería como si un médico rompiera su juramento hipocrático
Lo que debe quedar claro al conjunto de la sociedad es que el control a los medios de comunicación de la mano de un organismo del Estado es gravísimo. Esto conforma un ataque a la libertad de expresión, un accionar que no es otra cosa que una política de persecución al que piensa diferente. Algo que sólo es visto en los gobiernos dictatoriales. Acaso, no es más que el estado pre democrático que mejor le sienta al kirchnerismo?.
