Comprando aquel billete y vendiéndolo en el mercado paralelo o blue al tipo de cambio comprador de $140, esa persona estaría perdiendo con la operación un 3,1%, lo que es la constatación más evidente de que el “pure”, consistente en comprar dólar “solidario” para venderlo en el paralelo y hacer una diferencia, llegó a su fin.
El blue en torno de $146/148 acumula una baja de 25% desde el icónico 23 de octubre cuando tocó los $195 y encendió las luces rojas del tablero de control financiero del Gobierno.
El dólar paralelo desbocado había desatado expectativas de descontrol a la hora de determinar la formación de precios y paralizado las decisiones a la espera de una definición sobre si el Gobierno terminaría devaluando más el peso en la búsqueda de estabilizar los mercados.
El ministro Martín Guzmán, que junto con Miguel Ángel Pesce van ganando la partida cambiaria, optó por profundizar el cepo y los controles en vez de una devaluación mayor en el entendimiento de que el dólar oficial no tiene un retraso marcado y de que un salto cambiario provocaría una disparada de la inflación.
La pregunta obvia frente a la nueva realidad cambiaria es si la calma aguanta o no y por cuánto tiempo.
Hay tres datos que juegan a favor del mantenimiento del escenario actual en el corto plazo: el Banco Central ganó reservas en la última semana, los depósitos en dólares dejaron de caer en noviembre, hay operadores muy experimentados que empezaron a vender dólar futuro para mayo de 2021 apostando a que el Gobierno evitará una devaluación antes de las elecciones de octubre.
En tren de sumar hay dos datos macro importantes: uno es la negociación con el FMI para conseguir un préstamo que le permita al Gobierno pagar los vencimientos por US$44.000 millones que se acumulan entre 2021 y 2023 y el otro es el “viento de cola” que la Argentina puede recibir del exterior por el precio sostenido de la soja y el bajísimo nivel de la tasa de interés internacional.
Entre la soja y la “brecha” entre dólares hay un partido importante a jugar.
En un encuentro organizado por Techint para sus proveedores, el ex viceministro de economía de Axel Kicillof, Emmanuel Álvarez Agis, puso el foco sobre la relación inversa entre un precio alto de la soja y la cotización del dólar blue.
Según Agis, la Argentina podría recibir el mayor “viento de cola” en una década, pero alertó: “Si en junio de 2021 la soja está en US$450 la tonelada pero la diferencia entre el dólar oficial y el paralelo es de 100%, no importará el valor que tenga la legumbre”, el efecto benéfico quedaría neutralizado.
Su visión, por tanto, es que el peso favorable que pueda tener un aumento de los precios de los granos sobre el ingreso de dólares al Banco Central se desvanecería si la brecha cambiaria estuviese por encima de 100%, como pasó en los últimos meses. A más brecha, menos liquidaciones de divisas.
Respecto de la negociación con el FMI, está a la vista que mientras Guzmán va dando pasos para encauzar el ajuste fiscal (fin del bono IFE, aprobación en el Senado de la nueva fórmula para desenganchar a las jubilaciones de la inflación, etc.) y reducir la brecha cambiaria, la política le agrega nubarrones.
La abstención argentina frente a la condena de la Organización de Estados Americanos por lo que consideró una elección legislativa fraudulenta del gobierno de Nicolás Maduro, la embestida de Cristina Kirchner contra los miembros de la Corte Suprema de Justicia o el aplauso conjunto del presidente y la vicepresidenta a una reivindicación de los Montoneros en el acto por el Día de los Derechos Humanos no le ponen un marco favorable a las negociaciones que Guzmán llevará a cabo en Washington.
El FMI reclama que el acuerdo a alcanzar tenga un aval político y el Gobierno dice que su intención es que todo lo apruebe el Congreso. En ese sentido empieza un tiempo de descuento.
La reducción al 72% de la brecha cambiaria (mayorista-contado con liquidación), el hecho de que el Banco Central haya comprado dólares y una leve mejora de los bonos argentinos van generando la idea de que el Gobierno puede transitar el puente cambiario hasta abril cuando lleguen los dólares de la soja. Lejos de poder descorchar, hay operadores del mercado que consideran que hay una modificación en el escenario.