Cristina y Máximo Kirchner están que vuelan de bronca. Alberto Fernández se atrevió, tímidamente y ahora está lleno de dudas. No sabe bien qué hacer. Es que esta vez no había tercera posición. Alberto Fernández tuvo que decidir de qué lado está. Ese era su dilema. ¿Se ubica junto a las democracias plenas y republicanas o pegado con las dictaduras y autocracias?
El mundo y el FMI lo estarán mirando este jueves y viernes.
Es porque el presidente de los Estados Unidos invitó a la Argentina a la Cumbre Democrática junto a otros 109 países de todo el planeta. Se hará en forma virtual. Alberto Fernández contestó en voz baja que va a participar, pero en el gobierno temen que haya un giro en “u”. El ministro de trabajo, Claudio Moroni ya dio los primeros pasos. Pero nadie sabe quién lo seguirá. Hay un gran misterio y falta de información precisa.
¿Cuál es la duda? Que Biden excluyó de esta convocatoria a casi todos los países amigos, aliados y en algún lugar cómplices, de muchas de los atropellos que comete el gobierno de Cristina Kirchner y Alberto Fernández. Y a las pruebas nos remitimos, los Estados Unidos dejaron afuera de este encuentro a China, Rusia, Venezuela, Cuba, Nicaragua e Irán, entre otros países que violan los derechos humanos y las libertades individuales.
El oficialismo peronista, capturado por el cristinismo chavista ya demostró en varias ocasiones que no condena ni las censuras ni las torturas o asesinatos que esos gobiernos cometen contra los disidentes. En todas las ocasiones, el gobierno argentino apoyó o miró para otro lado frente a tiranías que no respetan la libertad ni la división de poderes y cometen en algunos casos crímenes de lesa humanidad como Venezuela o apoyan decididamente a terroristas de estado como Irán.
¿Qué hará Alberto Fernández finalmente? ¿Avanzará a fondo o va a recular? ¿Qué consejo le dará el embajador en Estados Unidos, su amigo Jorge Arguello? ¿De qué manera van a presentar el tema ante su tropa más radicalizada si deciden participar con alto perfil? ¿Cómo lo van a explicar ante la opinión pública si se niegan a ocupar un lugar entre los países con democracias más desarrolladas y consolidadas?
Para colmo, el encuentro tiene tres ejes temáticos que ordenarán el debate, la lucha contra todo tipo de autoritarismos, contra la corrupción estatal y contra los que no respetan los derechos humanos. Difícil transitar por la avenida del medio frente a semejante desafío. Todos sabemos a esta altura de la humanidad que las enfermedades de la democracia solo se curan con más democracia y que se trata del menos malo de los sistemas.
Dicen en voz baja en el gobierno que Alberto Fernández tiene miedo de irritar a China y los negocios poco transparentes que están por realizar en nuestro territorio. Alberto está en una encrucijada. Debe elegir entre dos modelos. La libertad o la tiranía. Alberto Fernández, decide. Pero claro, siempre y cuando si es que Cristina Kirchner lo deja decidir por sí mismo.